Enfoque

Las fortalezas de Buenos Aires para competir como capital del talento

Estos días surgió un nuevo género en YouTube: las videocartas de alcaldes de Estados Unidos y Canadá para Jeff Bezos, director ejecutivo de Amazon. Es que la empresa abrirá una segunda sede, equiparable a la que tiene en Seattle, una inversión de u$s 5000 millones que progresivamente generará 50.000 puestos directos de trabajo. Una oportunidad única: por eso, los alcaldes mandan "videocartas" que explican los beneficios de sus ciudades.

Los requisitos de Amazon para instalarse refieren al hardware y al software de una ciudad. La compañía busca ciudades de un millón o más habitantes. Necesita transporte y logística efectivos y eficientes: un aeropuerto internacional con vuelos directos a San Francisco, Seattle, Washington DC y Nueva York; buen acceso a la red de autopistas y carreteras y buen transporte público. Exige conectividad digital óptima e infraestructura educativa, con universidades internacionalmente reconocidas.

En el software, Amazon exige una dotación creciente de talentos, personas entusiastas y dinámicas, dispuestas a crecer y hacer crecer a la compañía; que la ciudad sea un lugar abierto, amigable y diverso; una cultura vibrante e inclusiva, un lugar donde la gente se encuentre y quiera vivir.

Así, Amazon disparó una competencia entre al menos 50 ciudades. Atlanta ofrece una conectividad inmejorable. Su aeropuerto permite llegar al 80% de Estados Unidos en dos horas o menos. Austin es un polo innovador, con 425.000 universitarios y una cultura y estilo de vida juvenil y cosmopolita. Pittsburgh ofrece dos universidades tecnológicas de altísimo prestigio. Las ciudades canadienses también compiten: la política inmigratoria de su país reluce tras las medidas restrictivas adoptadas por EE.UU.. Washington ofrece cercanía con el poder político, algo pertinente para una compañía que puede toparse con límites regulatorios.

La disputa por la nueva sede de Amazon evidencia esta combinación de factores hard y soft que definen la competitividad de una ciudad. En los últimos años, la Ciudad de Buenos Aires se posicionó a nivel regional como uno de los mejores destinos de sedes regionales y hubs globales de empresas. Gracias al stock emprendedor local, Buenos Aires ya tiene varias empresas que congregan el talento asociado a industrias creativas e intensivas en conocimiento. Globant, Mercado Libre y OLX señalizan al mundo el hard y el soft que la Ciudad ofrece. De hecho, Amazon confirmó que planea instalar una filial de servicios con 100 empleados, que podría ampliarse.

Buenos Aires tiene varias fortalezas para competir como capital global de talento. Primero, su alta dotación de infraestructura para el conocimiento: alberga más de 20 universidades y centros de formación terciaria públicos y privados. Tiene más de 500.000 estudiantes universitarios (160.000 de ciencias aplicadas), 50.000 de ellos extranjeros, que agregan diversidad y proyección internacional. El talento es el principal capital prospectivo de la Ciudad. La UBA fue seleccionada en 2016 como la mejor universidad de América Latina y la única en la región entre las 100 mejores del mundo.

Las ciudades deben promover que el talento elija vivir en ellas. Buenos Aires posee una oferta cultural y gastronómica que la posiciona como un gran lugar para jóvenes y adultos. The Economist la eligió como la más "vivible" de América Latina, y el índice QS Best Student Cities Ranking la señala como la primera en la región para estudiantes. Es también el mejor destino LGBT de América Latina según 200 líderes regionales de ese colectivo.

El Paseo del Bajo, los próximos viaductos de los ferrocarriles San Martín y Mitre, y las líneas de metrobús y el programa Ecobici mejoran la movilidad. La política de distritos permitió alcanzar un porcentaje de empleo en industrias creativas comparable a otras grandes ciudades globales (9%). El distrito tecnológico ya aloja más de 200 empresas y 3 universidades. Próximamente, el Parque de la Innovación generará un nuevo cluster de talento.

Estos factores hacen de la Ciudad un destino cada vez más competitivo entre las grandes ciudades globales. Ahora dos desafíos asoman como condiciones de posibilidad para que el camino de progreso alcance a la mayoría de las personas que eligen la Ciudad para vivir: transformar la educación para acercarla a las oportunidades del siglo XXI y generar las condiciones para una ciudad integrada, en la que todos los vecinos tengan los mismos derechos, oportunidades y responsabilidades.

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