En presencia de oportunidades productivas

En los medios han trascendido tres campos de acción que hacen al potencial competitivo del país: una reforma tributaria la cual viene ligada a una baja del gasto público; una reforma laboral que viene asociada a la reducción de la compleja grilla de costos no remunerativos; y un nuevo enfoque en cuanto a logística e infraestructura con el objeto de cambiar 70 años de caída libre.

Logística e infraestructura van ligadas al objetivo de alcanzar mayor productividad por tonelada transportada y lograr así formatear un cierto sector, un determinado segmento, una economía regional y un país en un imán de inversión directa extranjera (IDE), debidamente gatillada por avances en la competitividad. Si a esto le sumamos la vocación del Mercosur de incrementar sus intercambios y de darle un impulso final a la integración con la Unión Europea y Alianza del Pacífico, Argentina entonces tiene un horizonte prometedor al aumentar sus mercados y optimizar los procesos y costos logísticos de entrada (insumos y bienes de capital para la industria) y de salida, expandiendo su oferta exportable.

En este proceso, el diseño de corredores bioceánicos como por ejemplo el de Bahía BlancaTalcahuano de Chile, no sólo será un salto competitivo de importancia, sino que también acercará a la industria de Chile a África y Europa, como también la de Argentina a Asia. Otros corredores como Puerto DeseadoPuerto Montt o la integración ferroviaria del NOA con la Regiones I y II de Chile son otros casos del salto competitivo y grandes resortes de actividad económica y demográfica.

La renovación del ferrocarril Belgrano resulta estratégica para ganar productividad, aumentar la competitividad sectorial de las industrias influenciadas por su trazado y atraer IDE con vocación de producir en Argentina para abastecer al mundo.

La renovación de FFCC existentes y la construcción de nuevos corredores bi-oceánicos tendrán un decidido impacto en sectores y corporaciones que hoy están operando tales como Vaca Muerta, minería, economías regionales, energías renovables, agro e industria en general, mientras que será un atractivo difícil de ignorar para aquellos jugadores que quieran mover sus fichas hacia sectores y áreas nuevas de gran potencial en términos de IDE.

Claro está, todo esto debe ser acompañado de inversiones en rutas, caminos, puentes, empalmes, pasos fronterizos, terminales marítimas y fluviales, vías navegables, aeropuertos, plataformas logísticas, depósitos fiscales, zonas francas de ubicación estratégica y mucho más, si es que se quiere evitar que todo este esfuerzo quede parcializado y su efecto relativizado. La integración y los medios físicos para llevarla a cabo poseen por definición un enorme efecto multiplicador sobre la economía y el empleo, principalmente impulsado por la construcción naval y fluvial, talleres de reparación naval y ferroviaria, obra pública, construcción y ampliación portuaria y aeroportuaria, infraestructura de frontera, asentamientos poblacionales y expansión comercial.

 

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