LA JUSTICIA PUSO PLAZO A LA VENTA DE ACCIONES DE EMPRESA ESTATAL

Río de Janeiro, militarizada por orden de Temer y con crisis fiscal

El presidente de Brasil autorizó el envío de Fuerzas Armadas mientras se debaten medidas de austeridad tras los incidentes en las manifestaciones de la semana pasada

Tras los exitosos Juegos Olímpicos y en la previa del Carnaval, Río de Janeiro atraviesa una grave crisis financiera y la militarización ordenada por el presidente brasileño, Michel Temer.

El jefe de estado brasileño autorizó que las Fuerzas Armadas refuercen la seguridad de la "Cidade Maravilhosa" durante las votaciones de la Asamblea Legislativa sobre las medidas de austeridad fiscal propuestas por el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezão, de la misma agrupación política que el mandatario, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

De hecho fue Pezao quien le solicitó a Temer el envío de las FF. AA. y aunque no trascendió cuántos soldados serán, se prevé que permanezcan en Río hasta el Carnaval, a fin de febrero.

El Estado de Rio de Janeiro atraviesa una grave crisis financiera e intenta conseguir una orden judicial en el Tribunal Federal Supremo para ser enmarcado con antelación en el programa de recuperación fiscal de los Estados.

Ayer el ministro del tribunal Luiz Fux emitió una orden que da 30 días de plazo para implementar las medidas previstas en el acuerdo de Río de Janeiro con la Unión. La orden insta a que la Asamblea Legislativa de Río debe aprobar en este periodo la venta de acciones de la Compañía Estatal de Aguas y Aguas Residuales (Cedae) y que el Congreso Nacional apruebe una ley complementaria que autoriza las previsiones del acuerdo.

El ministro de Finanzas, Henrique Meirelles, evaluó que la orden determina la necesidad de urgencia para la aprobación reglamentaria del acuerdo con las indicaciones para el Congreso Nacional y la Asamblea Legislativa de Rio. "Hay una clara comprensión por parte del ministro Fux respecto a la urgencia del tema en el Congreso y la Asamblea", dijo.

Hace cinco días, en Rio se enfrentaron policías y manifestantes cuando servidores públicos de seguridad y funcionarios de Cedae protestaban frente a la Asamblea Legislativa contra la privatización de la empresa. Tras la confrontación, las esposas de los policías militares de Río sopesaban forzar un paro de actividades de los agentes, siguiendo el ejemplo de lo sucedido en el Estado de Espirito Santo. Allí la protesta por el atraso en el pago de haberes de los policías militares fue protagonizada por sus cónyuges, que bloquearon las puertas de los cuarteles para impedir que los uniformados salieran a las calles, ya que los policías en Brasil tienen estatus militar y la Constitución prohíbe que hagan huelga. La ola de criminalidad que dejó 150 muertos en circunstancias violentas en Espirito Santo así como numerosos saqueos a comercios, recién cedió el domingo, tras el envío de 2000 soldados de las Fuerzas Armadas y 1000 de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública.

Temer destacó ayer que "el Gobierno resolvió que las Fuerzas Armadas estén listas y a disposición frente a cualquier hipótesis de desorden en cualquier Estado" del país. Además volvió a calificar lo ocurrido en Espíritu Santo como una "insurrección" de los policías militares, sobre los cuales indicó que "por ley están impedidos de realizar huelgas" o agruparse en algún tipo de sindicato.

La decisión de Temer apunta también a evitar que una posible huelga de policías deje sin seguridad pública a la ciudad que recibirá a dos millones de personas por el Carnaval, y que genera unos u$s 2000 millones de en ingresos.
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