Turismo en cuatro ruedas

Los fierreros también tienen su Disney. Más de uno, en realidad. Es que, en diferentes ciudades del mundo, hay propuestas para ellos, desde museos hasta parque de diversiones.

Con su propuesta recreativa, Ferrari logra que aun aquellos que no son amantes de los autos terminen fanatizados. En su parque de diversiones, ofrece actividades, juegos y espectáculos capaces de cautivar a fierreros y no fierreros por igual. Es que, a la hora de diseñar Ferrari World, la escudería italiana -fiel a su espíritu- decidió hacerlo a todo trapo. Eligió la lujosa ciudad de Abu Dhabi para construir el parque cubierto más grande del mundo: los 200.000 m2 (86.000 bajo techo) recibieron la visita del público por primera vez en 2010.

La atracción preferida de los niños es el Junior Grand Prix, donde pueden manejar la réplica a pequeña escala de una Ferrari F1 a lo largo de una pista con rectas y curvas. Pero no todo es Fórmula 1: hay otra pista para autos deportivos, la Junior GT, donde los pequeños pueden manejar un 430 GT Spider. Claro que los típicos kartings no podían faltar; por eso, hay una pista de 290 metros inspirada en el circuito Yas Marina.

Ahora bien, si de adrenalina se trata, es infaltable la visita a Flying Aces, la montaña rusa con el loop más alto del mundo. En un trayecto de 1,5 kilómetros, que se recorre en 135 segundos, los valientes pasajeros quedan cabeza abajo a 52 metros de altura y viajan a 120 Km/h con inclinaciones de hasta 51°.

Pero no todo es manejar: el parque también cuenta con juegos de destreza, como el Junior Training Camp, un espacio para que los chicos puedan poner a prueba su agilidad con tirolesas, toboganes y muros para escalar. Para bajar las revoluciones se sugieren actividades más tranquilas, como ver el documental sobre Enzo Ferrari, en Cinema Maranello; asistir a Red Show, un espectáculo de baile y acrobacias; o manejar un simulador.

Además, por un pago extra, los fierreros pueden manejar una Ferrari California durante 20 minutos. Y, en abril de 2017, la marca inaugurará Ferrari Land en Tarragona, España. El nuevo spot tendrá una montaña rusa que superará a su predecesora árabe: 180 k/h en cinco segundos a una inclinación máxima de 90°.

Recorrida parisina

En las afueras de París, después de un viaje de cerca de 40 minutos, se llega al Conservatorio Citroën, un espacio en que se exhiben todos los vehículos de la marca francesa. Son 400 piezas en total clasificadas por periodo histórico y tipo de automóvil. Entre los previos a la Segunda Guerra Mundial, se destacan algunas joyas como el Tipo A (1919), el primero de la firma, que tenía cuatro cilindros y alcanzaba una velocidad máxima de 65 km/h.

También está el B10, que salió al mercado en 1924 y se hizo famoso por ser el primero de la marca con una carrocería fabricada 100% en acero. Ya a inicios de los años 30, Citroën lanzó la serie Rosalie, compuesta por los modelos 8CV, 10CV y 15CV. Todos se pueden ver en el conservatorio y presentan una innovación para la época: para filtrar las vibraciones, estaban provistos de bloques elásticos de caucho encima del chasis. El recorrido por esta etapa cierra con el Traction Avant, más conocido en la Argentina como Citroën 11 ligero.

Entre los autos de posguerra, hay modelos históricos como el DS, una reliquia de 1970 que alcanzaba los 220 km/h sin perder confort ni estabilidad. Y, si de vehículos comerciales se trata, el Tipo H se lleva todas las miradas: comenzó a fabricarse en 1947 y dejó de hacerse en 1981. Recorrió las calles de Europa durante 35 años y, hoy, es un modelo muy cotizado gracias al auge de los food trucks.

También hay espacio para los "insólitos", como el helicóptero biplaza que la marca de-sarrolló en los 70 para desafiar los atascos. El conservatorio es, además, un centro documental que posee más de un kilómetro de estanterías con todo tipo de documentación, desde viejos carteles hasta registros de matriculación, bocetos y dossiers de prensa. Vale aclarar que el lugar solo recibe visitas con reserva previa.

Si salir de París es complicado porque se dispone de poco tiempo, los amantes de los autos tienen la opción de visitar L'Atelier Renault. Se trata del flagship de la compañía, donde, sumado a la venta de autos, hay exhibiciones y eventos pop up.

Los chicos también tienen con qué entretenerse. El local cuenta con un sector artístico provisto de mesas, crayolas y otros materiales para que puedan dibujar. Por otra parte, en línea con la tecnología, los más pequeños pueden escanear sus dibujos y verlos proyectados en una de las paredes del lugar.

Alemania, tierra de dos mecas

El Museo Mercedes-Benz llama la atención ya desde la fachada: el edificio que lo acoge es impresionante, una mole de acero y cemento de diseño futurista. A ello se suma que este es el único museo que registra 130 años de la industria automotriz. Aquí se encuentra el vehículo que es considerado el primer automóvil, el Benz Patent Motor Car, un triciclo a gasolina diseñado en 1886 por Carl Benz. Otro histórico es el Mercedes-Benz 770K Grosser, más conocido como el "auto de Hitler", un descapotable de lujo que el líder del nazismo utilizó en varias presentaciones públicas.

También vale la pena acercarse al W196R, un coche de carrera con el que Juan Manuel Fangio se consagró campeón en los grandes premios de Alemania y Suiza, en 1954. Esos son solo algunos de los 160 vehículos que se exhiben en los nueve pisos de este museo.

También en la localidad de Stuttgart se encuentra otro templo de los fierreros, el Museo Porsche. Aquí prima el diseño futurista. Tres columnas en forma de V sostienen el edificio que aloja más de 80 vehículos. La tecnología también tiene lugar puertas adentro; vale como ejemplo el Porsche Touchwall, una pared que, a través de la tecnología touch screen, cuenta la historia del automóvil a lo largo de 90 años.

Como era de esperar, la oferta gastronómica aquí es de primer nivel. Y los amantes de los cigarros son bienvenidos: el museo cuenta con un cigar bar. A su vez, la tienda es más que un lugar para comprar souvenirs: ofrece indumentaria, libros, artículos de bazar, postales y hasta una bañadera, todo intervenido con el logo y la estética de Porsche. Además, hay una sección de "Anticuario" donde venden piezas únicas, libros y otras reliquias de segunda mano que son verdaderas perlas para los fanáticos de la marca.

Cerca de casa
A poco más de 300 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en Balcarce, hay un lugar de visita imperdible para los fanáticos del automovilismo: el Museo Fangio, que rinde tributo a uno de los máximos campeones de la Fórmula 1. En 4.600 metros se exhiben trofeos, autos, fotos y documentación del piloto argentino. También forman parte del paseo un café temático en la planta baja, una tienda de souvenirs y un restaurante -Fangio Club- en la terraza del museo. Además, Balcarce cuenta con un autódromo, aunque está cerrado por refacciones desde la muerte del piloto Guido Falaschi, en noviembre de 2011.
 

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