Málaga, el paraíso mediterráneo de España

Esta ciudad del sur de España tiene una amplia oferta turística que incluye historia, paisajes inolvidables, costas, vida nocturna y excelente gastronomía.

Con su larga costa bañada por el Mediterráneo y su estratégica proximidad al norte de frica, Málaga ha sido desde siempre un enclave privilegiado y un botín ansiado por los conquistadores. Los primeros en llegar fueron los fenicios, y más tarde se sucedieron griegos, romanos, bizantinos, visigodos y árabes, hasta que finalmente el área pasó a formar parte de los dominios de los Reyes Católicos. De modo que patrimonio histórico y cultural es lo que sobra en esta zona del sur de España, tanto como abundan en ella hermosos paisajes que se extienden entre las montañas y el mar. A ello se suma un agradable clima veraniego durante casi seis meses al año, razón por la cual la llamada Costa del Sol se ha convertido en uno de los destinos más convocantes de la Península Ibérica.
También entonces se comprende el hecho de que desde hace décadas, millonarios y poderosos han construido sus fastuosas mansiones, dándole a pequeños puertos como Banús, Marbella y Estepona un perfil aristocrático y distinguido.
Por suerte, las playas que se extienden al oeste de la ciudad de Málaga y que antes estaban reservadas sólo para ricos y poderosos han desarrollado, sin perder su encanto, ofertas turísticas para todos los presupuestos. Golf, termas, náutica, vida nocturna, lujo y pueblos blancos colgados de las serranías son parte de lo que esta región despliega ante los seducidos ojos del visitante.
Málaga, con su vocación marinera y su mezcla de razas y estilos, encuentra una digna postal en su centro histórico, que conjuga el sentido estético andaluz con vestigios antiquísimos como el Teatro Romano o la Hispánica Catedral construida por los Reyes Católicos. Tampoco hay que perderse la Alcazaba y el castillo de Gibralfaro, dos de las construcciones árabes mejor conservadas del país.
Pero si la ciudad ofrece incontables atractivos, mucho más lo hacen las costas, desde la famosa El Palo hasta Manilva, sin olvidar Torremolinos, Fuengirola, Marbella, Puerto Banús y Estepona.
De paso por Torremolinos, a 12 kilómetros de Málaga, no hay que dejar de visitar el barrio de La Carihuela con sus típicos restaurantes especializados en el "pescaíto frito". La cercana playa de Benalmádena resulta menos concurrida e incluso más interesante, con una intensa vida nocturna y la presencia del casino de Torrequebrada. Siguiendo hacia el Oeste, Fuengirola es otro ejemplo de urbe bulliciosa y abierta. Aquí resultan imperdibles el castillo de Soahyl junto a las termas y la villa romanas.
Le sigue Marbella, la capital turística de la zona, situada a los pies de la Sierra Blanca. El casco antiguo regala la imagen perfecta de construcciones de otros siglos, entre curvas arabescas y paredes blancas salpicadas de geranios y claveles. El Paseo Marítimo, en tanto, recorre siete kilómetros de pisos de mármol hasta Puerto Banús, meca de lujos y extravagancias. Sobre el Muelle de la Ribera, vistosos yates se balancean dulcemente esperando salir a navegar por el Mediterráneo, mientras que en la vereda de enfrente bares y restaurantes se disputan protagonismo con tiendas de la talla de Hermes, Prada, Jaguar o Versace.
Por último, Estepona hace pie en su importante centro deportivo y despliega sus interminables costas de arenas finas hasta Manilva, la centinela occidental de la Costa del Sol. Hasta aquí, el itinerario implica menos de 100 kilómetros desde Málaga, pero sin dudas constituye un paseo ineludible para aquellos que en un destino buscan algo más que buenas playas.Datos útiles- Aéreo desde Buenos Aires a Málaga: desde u$s 1.310.
- En Málaga hay alojamientos para todos los presupuestos; desde hoteles de tres estrellas (desde 45 euros) hasta cinco estrellas de lujo (más de 200 euros).
- Para recorrer la costa, lo mejor es alquilar un auto (alrededor de 30 euros por día).
Noticias de tu interés