La foto aún es en blanco y negro, pero hay indicadores con brotes verdes

Al final, a días de que se acabe el año, la economía empezó a adquirir sensación de "segundo semestre". Algunos de los indicadores conocidos ayer contienen registros que marcan un leve mejoramiento, aunque no alcanzan para borrar cambiar el titulo de la película. El 2016 se despedirá con una caída en la actividad económica mayor a 2%.

El indicador más duro sin duda es el PBI del tercer trimestre que difundió el Indec. El retroceso de 3,8% es el más alto del año, y refleja el violento freno que provocó la pulseada en torno a los aumentos tarifarios. La construcción y la industria siguieron en caída, y solo el consumo público mostró alguna suba frente al 2015. El acumulado en nueve meses mostró una baja de 2,4%, que es el número que se estima para todo el año. Eso indica que en el último trimestre la actividad tendría que tener una variación cercana a 0. De hecho, el tercero contra el segundo disminuyó solo 0,2%.

En el frente externo, una suba de 10% en las exportaciones permitió que noviembre terminara con superávit comercial, lo que favorece un saldo acumulado de u$s 2000 millones.

Con el Indice de Confianza del Consumidor sucedió algo parecido al PBI: recortó su caída (pasó de bajar 27% en octubre a 19% en noviembre) y mejoró 1,2% frente al mes anterior. Un dato que explica mucho del microclima de la economía es que este indicador cayó 5,8% entre los porteños, subió 1% en el GBA y 5,6% en el interior.

No es para tirar manteca al techo, pero tampoco esta todo mal. La ley de reforma de Ganancias, sancionada ayer gracias al apoyo de la CGT, goberna dores y buena parte del Congreso, al menos permite a Mauricio Macri celebrar la Navidad en paz y con más armonía de la imaginada.

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