EMPIEZAN A RECIBIR LOS FRUTOS DE HABER SABIDO ESPERAR

Reaparecen los bancos de inversión de Estados Unidos

Las operaciones en los mercados de renta fija después del Brexit, el gran movimiento de las monedas y el trading de bonos impulsaron el bienvenido aumento de los ingresos

Las estrategias basadas en ser "el último hombre de pie" podrían estar dando fruto. La semana pasada se conocieron los resultados que en el tercer trimestre tuvieron las unidades de trading y asesoría de JPMorgan Chase y Citigroup, dos de los tres bancos más grandes en términos de ingresos en banca de inversión, y es probable que Morgan Stanley también dé buenas noticias cuando este miércoles anuncie sus resultados.
En JPMorgan, los ingresos provenientes de la unidad de la banca corporativa y de inversión marcaron un récord de u$s 9.500 millones, impulsados en particular por los vibrantes mercados de renta fija después de la votación del Brexit y el gran movimiento de las monedas. Citi también tuvo un trimestre récord en trading de bonos, con ingresos de u$s 3.500 millones, una tercera parte más que un año atrás.
Para Jamie Dimon de JPMorgan y Mike Corbat del Citi, las cifras son una medida de la reivindicación. Mientras los bancos un poco más chicos como UBS, Credit Suisse y Deutsche hicieron recortes en banca de inversión, golpeados en muchos casos por la exigencia de los inversores que pedían mayores retornos, las entidades grandes estadounidenses apretaron los dientes y conservaron gran parte de su staff e infraestructura mientras tranquilizaban a los accionistas indicando que los mejores números estaban a la vuelta de la esquina.
Esa postura fue bastante cuestionada. Los ejecutivos de Goldman fueron regañados por los analistas en julio, después de cuatro trimestres seguidos con retornos bajos. A principios de año, el banco redujo 10% su personal de ventas y trading de renta fija, un sacrificio mayor al habitual 5% anual y está planeando achicar cerca de 15% el número de oficiales de banca de inversión con sede en Asia, sin incluir Japón y Australia, según un allegado al banco.
Citi tuvo que justificar su decisión de mantener la banca de inversión mientras se deshizo de su negocio de banca minorista en lugares como Japón, Brasil y Argentina y cerró cientos de sucursales en Estados Unidos.
Pero la paciencia ahora tendría su recompensa. En JPMorgan, por ejemplo, los beneficios netos de la unidad de banca corporativa y de inversión marcaron un quiebre de la tendencia posterior a la crisis, igualando a la unidad de banca de consumo y comunitaria en los primeros nueve meses de este año. En 2014, la diferencia en ganancia neta era de u$s 2.300 millones a favor de la banca de consumos y comunitaria; en 2015 era de u$s 1.700 millones.
La división que en Citi y JPMorgan tuvo un desempeño destacado fue la renta fija, monedas y commodities (FICC, por sus siglas en inglés), lo que es un buen presagio particularmente para Morgan Stanley. El banco hizo grandes recortes en su negocio de FICC en los últimos años, mientras el CEO James Gorman trataba de inclinar la balanza hacia la gestión de riqueza y activos. Sin embargo, el banco aspira a que su recortada unidad de FICC genere ingresos trimestrales cercanos a u$s 1.000 millones y esta vez podría lograrlo. "La buena noticia es que la solidez de FICC es amplia", dijo Devin Ryan, analista en JMP Securities, refiriéndose a JPMorgan. "El punto más importante es la buena salud de esas unidades de banca de inversión", agregó.
Por supuesto, el impulso puede no durar. Los volúmenes del tercer trimestre probablemente hayan subido como consecuencia de los efectos extraordinarios provenientes de la votación por el Brexit, explicó David Konrad, analista de Macquarie. John Gerspach, director financiero del Citi, dijo que el trading probablemente "refleje una caída estacional normal" en el cuarto trimestre, pero que las adquisiciones y la captación de capitales deberían ser estables "suponiendo que las condiciones del mercado se mantienen favorables".
Pero por ahora, al menos Wall Street parece un lugar levemente más cómodo que Main Street. Los bancos de Estados Unidos siguen preocupados por los efectos colaterales del escándalo por las cuentas fraudulentas en Wells Fargo, y están pidiendo al personal de las sucursales y call centers que se concentren menos en promocionar productos.

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