Historia de Garage - Prioridad1

Cuando el negocio es la seguridad del hogar

La firma de monitoreo de alarmas para pequeños comercios y ámbitos residenciales vio una oportunidad de negocio hace ya dos décadas. Cuenta con 10.000 clientes.

Le dijeron que no. Cuando Ricardo Katz les propuso a sus jefes de la empresa de seguridad bancaria para la que trabajaba desarrollar un sistema de monitoreo de alarmas, que transmitiera a través de las líneas de teléfono, orientada a locales comerciales y viviendas de particulares, la respuesta fue no. "Lo estudiaron, lo analizaron y no les interesó", recuerda, más de 25 años después, Katz.

A finales de los 80, las alarmas eran algo que solo se podían permitir las entidades bancarias, embajadas y grandes industrias por los elevados costos operativos. Además, la telefonía doméstica era muy precaria y, si llovía, las comunicaciones se oían mal o se cortaban. Este combo hacía pensar que la decisión más atinada era la que tomaron los empleadores de Katz. "Pero como a mí la idea cada vez me calzaba más, porque entendía que había un nicho no debidamente atendido, renuncié a la empresa, me busqué un socio y empezamos a trabajar", afirma el hoy empresario en las oficinas de Prioridad1, la compañía que fundó en 1990. Hoy, sus 10.000 clientes prueban que estaba en lo cierto.

Ingeniero en Telecomunicaciones por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Katz pidió a un laboratorio de esa casa de estudios el diseño y desarrollo de un sistema que le permitiera brindar el servicio que él imaginaba y que convertió a Prioridad1 en "la primera empresa con un software de monitoreo propio". "De esa manera pudimos encontrar un vacío de necesidades en el público y cantidades de servicios que se fueron armando por encima del monitoreo básico", explica el CEO de la la firma. Por ejemplo, el control de la presión de la caldera de un edificio donde, en caso de llegar a un nivel peligroso, un dispositivo de control acciona una alarma silenciosa que alerta del riesgo. "Esto diferenciaba, como el día y la noche, las alarmas de los años 80 con lo que nosotros comenzamos a fabricar y a brindar como servicio", afirma Katz, quien se define como "un loco por la seguridad".

Con la apertura de las importaciones, durante el gobierno menemista, no convino más fabricar las alarmas en el país, pero cuando la compañía quiso sacar del mercado el sistema de la UNLP, por obsoleto y caro de mantener, no pudo hacerlo rápidamente. "Las alarmas instaladas se siguieron utilizando durante 20 años por la renuencia de los clientes a cambiarlas porque funcionaban perfecto", asegura Katz. Después adoptaron el mismo sistema que usa toda la industria.

Pioneros en el mercado

A nivel nacional, la empresa más grande, en abonados, es ADT, seguida por Prosegur. Según Katz, existe mucha distancia entre estas compañías y el resto. "Hay un gran conjunto de entre 400 y 500 empresas en todo el país", afirma. Y asevera que cuando fundó su negocio "no había ninguna".

Hoy, la mayoría de personas entiende de qué se trata y cómo funciona el monitoreo de alarmas, pero al inicio de la década del 90 era necesario explicarlo detalladamente, ya que el desconocimiento era muy grande. Así, desde Prioridad1 se presentaban como "el vecino solidario" que avisaba a la policía si acontecía algo fuera de lo habitual. "No fue fácil -asegura Katz. Eran dos horas de conversación con cada cliente. A los comercios les era más fácil entenderlo, pero al particular le era totalmente desconocido y hasta se generaban fantasías: cuando veían que se encendían las lucecitas de los detectores de movimiento pensaban que eran ojitos desde los cuales nosotros mirábamos. Había mucha imaginación debido a las películas de James Bond".

El grueso de clientes de Prioridad1 son comercios y pequeñas industrias. "El 75% de nuestros clientes no es residencial. Tenemos una inserción muy fuerte en Capital Federal con un 80%, un 15% en el GBA y el resto en el interior del país", detalla Katz. Para el empresario, el argentino no toma precauciones salvo que le haya pasado algo a un conocido. "Piensan que no les va a pasar -sostiene-. A todos les gusta la idea de mayor protección, pero son pocos los que realmente accionan".

Ficha - Fundación: 1990
- Empleados: 50.
- Inversión inicial: $/u$s 250.000.
- Facturación 2015: $ 30 millones.
- Clientes: 10.000.
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