El dilema de la FIFA: ética vs. corrupción

El ex fiscal de Nueva York Michael J. García renunció al cargo de presidente de la Cámara de Investigación de la Comisión de Ética de FIFA, luego de un año de investigaciones sobre presuntos actos de corrupción en la elección de las sedes mundialistas Rusia 2018 y Qatar 2022. La renuncia se concretó 24 horas después que la Comisión de Disciplina anunciara que no existen motivos para el inicio de un expediente contra el presidente de la Cámara de Enjuiciamiento de la Comisión de Ética, el juez alemán Hans Joachim Eckert, autor de un informe resumido (42 páginas) donde concluye que no existieron irregularidades tras analizar el informe final del órgano de instrucción (350 páginas y más de 200.000 folios de pruebas anexas al caso). García discrepó públicamente con las conclusiones de Eckert, por entender que contienen "numerosas, incompletas y erróneas reproducciones de los hechos". Eckert había declarado la inconveniencia de publicar íntegramente el informe de la instrucción, porque contiene numerosos detalles aportados por 75 personas a las cuales se les debe garantizar la confidencialidad. Sin embargo, la testigo Phaedra Almajid, ex encargada de las comunicaciones del Comité de candidatura de Qatar, denunció: "Eckert y la FIFA no han sido leales conmigo. Él me ha tirado a los leones y me ha identificado en su informe". En una entrevista publicada por la revista France Football, Almajid dijo que emisarios cataríes habrían ofrecido u$s 1,5 millones a dirigentes africanos a cambio de sus votos, en reunión celebrada en enero de 2010 en un hotel de Luanda, capital de Angola. Mientras, Joseph Blatter se defendió: "Si la FIFA publica el informe, contraviene sus estatutos y el Derecho suizo". García lamentó el último giro dado a sus investigaciones, ya que durante los primeros años de trabajo tuvo la sensación que se estaba haciendo un progreso real para la aplicación de la ética en la FIFA. Del otro lado, al diario Sunday Times y a la BBC de Londres hoy se les reprocha haber publicado las sospechas de corrupción en un momento inapropiado, echando por tierra a la candidatura inglesa. Medios ingleses sugirieron que Blatter planteó la cuestión de las acusaciones en una reunión clave del Comité Ejecutivo de la FIFA. Las ofertas ganadoras de Rusia y Qatar sufrieron las mayores denuncias de corrupción, obtuvieron las puntuaciones más bajas en la evaluación técnica de la FIFA pero en cambio expusieron los presupuestos más abultados. La candidatura de Inglaterra, era considerada la más técnica y económicamente viable, ya que usarían estadios preexistentes, pero adoleció de un error estratégico según los analistas: las denuncias de corrupción hechas por la prensa libre. "Hay países que culpan a la gente sin ningún fundamento ni pruebas, se puede ver cómo ponen presión sobre los miembros de la FIFA, y luego lo publican en sus medios de comunicación de todo el mundo", dijo por entonces el presidente ruso, Vladimir Putin. Conocido el resultado adverso de la votación, el presidente norteamericano Barack Obama declaró que se había tomado una decisión equivocada al elegir a Qatar 2022. Blatter haciendo gala de la regla de los hechos consumados declaró que a futuro se revisarán los procedimientos en búsqueda de una mayor transparencia y que nunca más se elegirán dos sedes mundialistas en un mismo acto. El secreto autoimpuesto por la FIFA a las investigaciones por violaciones al código de ética sirve como un halo de opacidad sobre la responsabilidad atribuida a los infractores. Tras la presión ejercida desde la UEFA por las federaciones de Alemania y Francia, el pasado 18 de noviembre la FIFA anunció que había presentado una denuncia ante la Fiscalía Federal de Suiza en Berna. Según datos del Manual Europeo de Estadísticas de Crimen y Justicia Criminal, en 2010 Suiza estuvo por debajo del promedio de condenados a prisión por delitos graves (7,6% sobre 37% en promedio del resto de Europa). La mayoría recibió penas en suspenso y multas, debiéndose señalar que las leyes suizas prohíben a los medios publicar el nombre de los convictos. Ante este panorama, es muy factible que los inculpados de corrupción contra la FIFA, permanezcan bajo el manto protector de la ética que ellos mismos supieron violentar.
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