EL EX MINISTRO EXPUSO JUNTO A JAVIER GONZ LEZ FRAGA

Agresión a Cavallo no frenó el debate sobre cómo dejar atrás el estancamiento

Los economistas dieron muestras de que el disenso en materia de políticas públicas pueden dirimirse con diálogo. El público rechazó los ataques que recibió el mediterráneo

Aunque hace trece años que dejó la función pública, la aparición de Domingo Cavallo sigue siendo objeto de polémicas. Si la controversia se sujetara solo a lo político, seguramente llenaría de energía al ex ministro de Economía, cuyos cruces verbales con políticos, economistas y empresarios fueron casi moneda corriente durante todas sus gestiones. Pero ayer fue víctima de una agresión física, minutos antes de iniciar una charla sobre política monetaria junto a Javier González Fraga en la Universidad Católica Argentina. Dos jóvenes le arrojaron huevos (aunque sin impactarlo) y otro se subió al estrado para insultarlo hasta que fue interceptado por personal de Prefectura.

El incidente no duró mucho aunque obligó a los organizadores a demorar el arranque de la conferencia, en la que también estaba prevista la participación de Mario Blejer. A lo largo de la charla, sin embargo, hubo otros momentos de tensión, ya que otros asistentes lo increparon a viva voz, en un caso ligándolo a los fondos buitre y en otro tirando panfletos en las que se lo responsabilizó por la rebaja de sueldos y jubilaciones de 2001. Por la noche, la agrupación Quebracho reconoció que los responsables del escrache eran militantes de su sector. Otros de los participantes se identificaron como miembros del Colectivo por la Justicia Social.

Los aplausos del público como gesto de rechazo a las agresiones le permitieron al ex ministro recuperar la serenidad. Empezó su exposición haciendo un repaso sobre el origen de la política monetaria (el tema convocante de la charla, a la que todos los economistas habían sido invitados en su carácter de ex presidentes del Banco Central), pero no le costó demasiado llegar al presente. Vivimos un clima de estanflación, pero no podemos aplicar las políticas para resolverlo porque no tenemos crédito público y no podemos hacer política fiscal en sentido keynesiano, para lo cual deberíamos financiar el déficit fiscal con endeudamiento.

Políticas expansivas Para Cavallo, correspondería hacer política fiscal expansiva, pero no a través de una suba del gasto sino por la eliminación de impuestos que estimulen la inversión y la producción. "Emitir no es hacer política monetaria, es una forma de recaudar el impuesto inflacionario", agregó. El hombre que fue ministro de Carlos Menem y Fernando de la Rúa consideró que debe adoptarse una reforma monetaria que habilite un mercado único y libre de cambios, sin restricciones de acceso; darle curso legal al dólar y mantener un tipo de cambio flotante. Reconoció que eso podría dar lugar a una devaluación exagerada pero señaló que solo debe hacerlo un gobierno que despierte confianza para que este paso se equilibre con el ingreso de dólares, porque de lo contrario se daría paso a un "rodrigazo".

A su turno, González Fraga ilustró con algunas anécdotas de su dos gestiones en el BCRA (primero junto a Miguel Roig y luego con Erman Gonzalez), la necesidad de reforzar la independencia del Banco Central, para poder consolidar sus dos objetivos básicos: la estabilidad financiera y una moneda sana. "Hay que tener cuidado con las políticas que fijan como objetivo excluyente la defensa del peso porque le ponen un corset al sistema: el Central debe poder emitir para sostener al sistema".

"El presidente del Central no puede resolver solo la política antiinflacionaria", agregó. González Fraga se mostró como un enfático defensor del sistema de metas de inflación, cuyos objetivos deben ser compartidos por todo el Gobierno que lo aplica. "Es esencial para poder coordinar expectativas" con el resto de los agentes económicos.

Ambos expositores coincidieron en que el ente monetario debe tener vedado el financiamiento al Tesoro, pero se diferenciaron en dónde aplicar un shock y dónde hacer gradualismo. Cavallo prefiere un salto cambiario inicial. Fraga prefiere que ganar la confianza inicial con un shock de inversión vía incentivos y menores impuestos, y un plan gradualista para bajar la inflación, el gasto público y la adecuación cambiaria.

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