El futuro se acerca

Hace tiempo que el modelo comenzó a perder futuro. Desde el 2008, fue mas evidente que los principios que generaron crecimiento y distribución no solo se iban agotando, sino que por errores acumulativos aceleraban la debilidad de todo el conjunto. Pero sobre todo comenzó a ser evidente que ni la Presidenta ni sus funcionarios estaban dispuestos a leer la realidad ni a razonar en términos convencionales. Se lanzó entonces una carrera de parches microeconómicos, por la que cada problema en un mercado fue resuelta con una regulación, lo que aceleró aún mas el deterioro de la macro e hizo reaparecer una palabra que los ideólogos K desprecian como una herencia noventista: desconfianza. Pero casualmente por la desconfianza, el sistema financiero formal perdió durante el gobierno de Cristina Kirchner algo mas de 75.000 millones de dólares, lo que es mas de la mitad del stock de divisas acumuladas fuera del mismo. No es sino por las pésimas señales sobre el futuro, que semejante sangría se dio al tiempo que la economía batía récords de exportación y se recuperaba del bajón del 2009.
Cuando el pensamiento mágico sustituyó definitivamente cualquier rigor, se aceleraron los errores: confiscación de YPF, control de importaciones, persecución a las consultoras independientes, reforma a la Carta Orgánica del BCRA, emisión desenfrenada y cepo cambiario. Y todo ello, bajo el paraguas de una definición cuasi religiosa que obliga a funcionar a la economía en base caja: no volver a tomar deuda en el exterior.
En otros momentos de nuestra densa historia de crisis hubo planes de estabilización o ajuste que fracasaron por diversas razones, pero que se construyeron intentando honestamente modificar expectativas y comportamientos que resultaban racionales ante el marco de desorden macroeconómico existente. En cambio, resulta patético ver que los actuales funcionarios intentan modificar comportamientos sin reconocer que existen problemas que los generan.
Es precisamente por esta razón que el futuro que se ha ido generando desde 2008 va llegando a un embudo mas allá del cual le será difícil avanzar, con la actual matriz de pensamiento y lectura de la realidad.
Hace un año, los economistas pensábamos que podían lograrse soluciones operando en el margen. Hoy, es tal el nivel de distorsión de los precios relativos y las señales generadoras de desconfianza, que podemos afirmar que no hay en la economía ninguna razón por la cual podría revertirse el camino hacia una peligrosa escasez de divisas, salvo que el Gobierno modificase todos sus conceptos y saliese a los mercados. Tampoco hay ninguna razón por la que podría reducirse la vulnerabilidad fiscal sin ajustes mayores, ni ceder la presión sobre los precios, ni frenarse los conflictos sociales consecuentes.
Dani Rodrik, uno de los economistas heterodoxos mas respetados, dice que se puede ser crítico en las propuestas de política, pero nunca jugar con el diagnóstico. Para proponer, antes hay que indicar sus ideas con claridad, es necesario asegurarse de que son coherentes internamente, con los supuestos claros y enlaces causales, y tienes que ser riguroso en el uso de la evidencia empírica.
Porque en la Argentina no se cumple este precepto, sea por el temor que inspira la Presidenta, de cuyo conocimiento económico se conocen pocas pruebas; sea por la ineptitud analítica de funcionarios que prefieren la ideología al rigor, elfuturo que ellos mismos han construido se acerca rápidamente. Será entonces y otra vez, lamentablemente, el tiempo de la política para restaurar la buena economía.
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