#EmitirNoGeneraInflación

Es el hashtag económico de la semana. La entrevista a la presidente del Banco Central de la República Argentina el día domingo en Página 12 no tiene desperdicio. Es uno de esos reportajes en que como el entrevistado sabe que el entrevistador va a ser totalmente condescendiente, habla con gran soltura y naturalidad y es así como se muestran las posiciones de fondo sobre cada tema.
Cuando escribí en El Cronista el 5 de marzo una nota titulada El Mercedazo, justamente me refería a la mayor responsabilidad que asumía el Banco Central con su creciente discrecionalidad. En el reportaje Marcó del Pont manifiesta sinceras reflexiones que, a quienes nos importa la inflación y el retraso cambiario que ella genera, no puede menos que preocuparnos.
Cuando le preguntan sobre la mayor capacidad de financiamiento del BCRA al sector público y si eso podría generar inflación, contesta: Es totalmente falso decir que la emisión genera inflación, luego ¿aclara? en nuestro país los medios de pago se adecuan al crecimiento de la demanda y las tensiones de los precios están por el lado de la oferta y el sector externo.
Lo primero que llama la atención es que le preguntan por el financiamiento del sector público y ella, muy honestamente, contesta que eso se financia con emisión. Lo cual es cierto. Pero hay que recordar que hasta ahora, se venía aclarando que la inflación no era preocupante porque no había déficit fiscal como en los 90. Ya se actualizará el discurso.
Ahora bien, es falsa la falsedad que plantea Marcó del Pont. Existe un debate que me parece importante dar en la Argentina actual sobre la inflación, debido a nuestra historia inflacionaria que terminó en dos hiperinflaciones en el 1989 y en 1991, y que trajeron como consecuencia un salto estructural de pobreza del cual todavía hoy no salimos.
Emitir ¿genera o no genera inflación?
La frase de que cualquier emisión genera inflación es falsa. Toda economía que crece necesita más recursos monetarios. Por ejemplo, si una economía produce una silla que vale 100 pesos, para que se pueda vender alguien debe tener un billete de 100 para comprarla. Si se producen dos sillas se necesitan 2 billetes de 100. En ese caso se emitió y no hay inflación. Cada silla sigue valiendo 100 pesos.
También está el caso en que se emiten dos billetes de 100, pero hay una sola silla. Resulta entonces que la silla costará 200 pesos y sí habrá inflación. Resumiendo, imprimir dinero puede o no generar inflación, depende del contexto económico que se encuentra un país.
Cuando una economía está con una capacidad productiva ociosa muy grande, emitir estimula la demanda agregada y tiene un efecto reactivador significativo. Hay que darle dinero a los consumidores para que gasten y así reactivar la oferta que tiene capacidad instalada que no está usando. En ese caso emitir es bueno, ya que genera un mayor consumo de bienes y no un aumento de precios. Esto es lo que pasó durante los años 2003 y 2004, donde había gran emisión pero baja inflación, también es lo que hace EE.UU y por suerte el BCE ahora: estimular la demanda agregada porque hay recesión y capacidad ociosa.
Pero si la economía está produciendo al tope de su capacidad y ya no hay más posibilidades de producir sillas, a menos que se haga una nueva inversión, cualquier aumento de demanda, solo va a subir los precios. Es decir si se emite en un momento de pleno uso de la capacidad instalada, el incremento de billetes va a los precios.
El crecimiento económico necesita que se emitan billetes y la inflación también. Si una economía está al tope, lo que tiene que hacer no es estimular la demanda con más emisión, sino dar reglas claras para que se incremente la inversión. Porque la restricción hoy es de oferta, no de demanda.Se terminó el modeloEl modelo económico 2003/2011 se terminó. Ya no hay más excedentes. Repasemos: no hay más superávit fiscal, no hay más superávit energético, no hay más superávit de reservas de libre disponibilidad, no hay más tipo de cambio competitivo, no hay más exceso de liquidez en el sistema financiero, no hay más exceso de dólares en la economía. Simple y llanamente no hay más.
Mientras hay excedentes, el consumo se puede seguir estimulando, pero una vez que se terminan, hay que dejar de consumir y empezar a invertir. Vamos a reconocerlo: consumir es mucho más placentero que invertir. Siempre un modelo de consumo trae más votos que uno de inversión, pero hay momentos en que se debe volver a generar lo que se gastó.
El BCRA no emite por ideología, emite por necesidad. La necesidad hoy no es la demanda agregada que despierte la oferta dormida. La emisión es hoy debido al déficit fiscal, por no tener reservas de libre disponibilidad y por ya casi no contar con excedentes de préstamos en el sistema financiero.
La presidente del BCRA puede decir que prefiere emitir y tener una de las inflaciones más altas del mundo de hoy, y que es necesaria para su modelo económico. En este contexto, claramente emitir genera inflación.
De todas manera ya lo dejó en claro cuando le preguntaron la definición de reservas óptimas. Y contestó: Tenemos que seguir una regla dinámica que no sea fija para poder asimilar cualquier cambio endógeno o exógeno en los parámetros que tenemos en cuenta. Si esa respuesta representan los límites del BCRA a cuidar las reservas, a confesión de parte, relevo de pruebas.
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