PREOCUPA EN EL SECTOR EL AUMENTO DE COSTOS

Se duplicó la importación de autopartes a pesar de la fabricación récord de vehículos

Según un informe privado, subieron 110% las importaciones brasileñas acentuando un déficit crónico. Temor por una devaluación del real y por presiones salariales

El sector autopartista se enfrenta nuevamente a uno de esos años bisagras. Quien lo pueda sortear estará del lado ganador y para aquellos que no puedan resistirlo, será un eslabón más que se rompe en la parte más delgada de la cadena automotriz argentina.
Según un trabajo realizado por la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), las exportaciones de autopartes en valores crecieron 24,8% en 2010 con relación a 2009, con u$s 3.161 millones. Por su parte, las importaciones mostraron un comportamiento creciente más acentuado, ya que con u$s 10.520 millones treparon 61,7% entre 2010 y 2009, como prueba de la reactivación de la producción de las terminales.
Debido a que el crecimiento en la producción automotriz en 2010 fue menor que la suba en las importaciones de autopartes, el informe estima que se acentuó la preponderancia de las partes importadas en la construcción de vehículos por el levantamiento de las restricciones a las importaciones, luego del acuerdo entre la Argentina y Brasil.
Si se comparan las importaciones de autopartes con un período considerado como normal (el año 2008), y se aísla el fenómeno del año recesivo de 2009, los valores importados de autopartes treparon un 13,8%, muy por debajo del 22% de la evolución de la producción automotriz, lo cual mostraría un proceso de sustitución de importaciones.
Eduardo lvarez, economista Jefe de IES afirmó que el saldo comercial con Brasil, trepó desde un resultado negativo de u$s 1.353 millones a u$s 2.843 millones, con un incremento del 110% interanual entre 2010 y 2009, probablemente como resultado del acuerdo bilateral autopartista, que liberó algunas importaciones desde ese origen.
Además, el sector sigue de cerca lo que suceda con la moneda de su principal comprador y vendedor, ya que una devaluación del real profundizaría aún más el déficit. Según dijo a El Cronista Maximiliano Scarlan, de la consultora abeceb.com, una devaluación va a profundizar el déficit actual. De las 178 posiciones arancelarias de piezas que representan el core de la industria, el déficit alcanza los 2.200 millones, agregó.
Para Raúl Di Matteo, gerente financiero de la autopartista Sogefi Filtration Argentina una devaluación del real daría una pérdida de competitividad en los costos de los productos.
Javier de Elizalde, gerente comercial de la firma, fue un poco más lejos. Con el tipo de cambio local estamos perdiendo competitividad respecto del mundo y con una devaluación en Brasil sería muy difícil, agregó.
Para Claudio Boicchi gerente de operaciones del Grupo Tenneco, la magnitud de la devaluación determinará perder competitividad o ceder margen de utilidad para sostener sus ventas. Y pronosticó un notable aumento en el porcentaje actual de participación de piezas brasileñas en el país.
Pero el mercado de autopartes se divide en equipo original para las fábricas y de reposición. Para este último caso, Boicchi asegura que el efecto sería inmediato. En la misma línea, Marcelo Gómez, titular de AG Resortes de Suspensión, afirmó a que en el mercado de reposición local hoy está muy caro en dólares y una devaluación de Brasil abriría más las puertas para importar.
Aunque todos los empresarios siguen de cerca lo que sucede en el vecino país, la principal preocupación la tienen puertas hacia adentro.
La inflación y el aumento de mano de obra restan competitividad con el mundo en forma constante, dijo Boicchi. Mientras que Gómez fue un poco más lejos y afirmó que el problema central por la competitividad no es la devaluación, sino la inflación con un dólar fijo en 4 pesos. Hoy nuestros costos están muy por encima de los niveles de la convertibilidad.

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