ANÁLISIS

Treinta días

Después de treinta días en Buenos Aires, Carla estaba a punto tomar un vuelo de regreso a Estados Unidos. Minutos antes del despegue, Mariano le escribe para contarle que les robaron el catalizador de su Toyota Prius híbrido. El catalizador está compuesto por metales preciosos (platino, paladio y rodio, principalmente) cuyo gran productor es Rusia y su escasez, agudizada por la guerra, despertó la voracidad de los que siempre aprovechan de este tipo de ventajas. La feroz invasión irradió efectos de lo más diversos hacia todo el mundo exhibiendo que la globalización es como el agua que busca su cauce: su impacto se sintió en Texas y, a los minutos, en Ezeiza.

Hace treinta días comenzó la guerra de Rusia contra Ucrania, revolucionando la geopolítica global, el comercio internacional, convulsionando los mercados, disparando los precios de los commodities y la energía; y una vez más, volviendo viejo lo que aprendimos en el mundo de los negocios y lo que aplicamos como estrategia en las empresas.

En sólo treinta días, el mundo redujo sus previsiones de crecimiento, Europa se unificó frente a Putín y comenzó a buscar alternativas al aprovisionamiento de alimentos, combustibles y minerales que les garantizaban los países en pugna. Pasamos de un mundo bipolar en el que Estados Unidos y China pulseaban por su liderazgo a un nuevo tablero que se redefine en estas mismas horas.

Esa crisis lejana llegó a la región. Brasil que es un gran demandante de fertilizantes lanzó un programa de apoyo para el desarrollo local del producto y está negociando con Canadá y países árabes para sustituir a Rusia y Bielorrusia. Argentina, no puede instrumentar una medida similar debido a la extrema fragilidad de su economía. Una vez más, tenemos que lamentar la ausencia de un clima de negocios positivo que promueva el desarrollo de una cultura exportadora capaz de aprovechar las oportunidades extraordinarias que nos presenta la guerra. Nos resignamos a contar porotos: la bonanza de la suba de los commodities tiene como contracara el alza en los precios de los alimentos y la inflación. El aumento del valor del gas puede provocar escasez en el invierno, en un país que debe importar porque no posee las inversiones necesarias para aprovechar que cuenta con una de las cuencas más ricas del mundo.

¿Cómo una guerra a 17 mil kilómetros impactó en mi empresa?

Treinta días demora la piel de nuestro cuerpo en renovarse totalmente, un proceso increíble. La velocidad de transformación es asombrosa, sin embargo, percibimos que siempre es la misma, el movimiento es el de réplica y no el de reinvención.

Todas las empresas, sin excepción, como las concebimos y conocemos hoy, van a desaparecer en un futuro no muy lejano, serán distintas, y triunfarán aquellas que puedan gestionar la reinvención en vez de confiar en la réplica constante.

Detrás de este desafío, está el balance entre los hábitos que consolidan la propuesta de valor (la tradición de las empresas), y la innovación, que posibilita expandir el horizonte de éxito posible. La adrenalina del momento actual viene de este final abierto, cómo construir liderazgos y culturas de trabajo, que integren la innovación en su ADN, y consigan diseñar su transformación.

La innovación no sólo entendida en términos tradicionales, pensando en procesos, productos y canales, sino de una manera más continua y ubicua. Una forma de acercarse a esta idea es cambiar el mindset y pensar en una "actitud" Startup que atraviesa a toda la empresa.

El boom de Startups fundamentalmente reconoce todos los atributos que matchean mejor que cualquier otra organización con los desafíos actuales. No sólo el compromiso, entusiasmo de sus líderes, que aseguran entornos laborales de pertenencia y creatividad, sino sus modelos de gestión que se basan en agilidad, repentismo, lucidez. La actitud colaborativa y horizontal, la fluidez de las comunicaciones, la calidad de las conversaciones, pilares fundamentales que explican más allá de la propuesta de valor la inteligencia en la definición de los modelos de negocio.

Naturalmente, cómo las propuestas de valor de las Startups son fundacionales, su probabilidad de éxito no necesariamente es alta, las que logran triunfar y entrar en el sendero "unicornio" son pocas. Por eso la trascendencia de que empresas que actualmente son exitosas y crecen, incorporen la agilidad que el mundo demanda.

Y justamente este mundo que apenas logra despejar la incertidumbre de la pandemia, que aceleró tendencias preexistentes y generó nuevos hábitos y comportamientos, ahora nos golpea con un conflicto bélico que evidencia instantáneamente el nivel de interdependencia de las economías en el 2022. Este debilitamiento de los enlaces globales nos enseñó que no debemos centrarnos sólo en la eficiencia y los costos, sino que debemos trabajar la resiliencia.

En Argentina, luego de años de batallar crisis nuevas y repetidas, las empresas tienen la performance de los atletas de alto rendimiento. Están entrenadas para grandes desafíos: se reinventan, generan músculos, transforman proveedores y clientes en alianzas y ecosistemas, replantean modelos de trabajo distintos, híbridos y dinámicos; y fundamentalmente, están listas para atender demandas fuera de molde, y convertirlas velozmente, en un nuevo punto de partida.

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