La oportunidad perdida de la Argentina: cuál es la clave que necesita el país para crecer

En los últimos 100 años, nos "dormimos en los laureles" mientras buena parte del mundo se tomó el desafío del crecimiento sostenido en serio. No existe una sola explicación de por qué pasó esto, pero si tuviéramos que arriesgar, el desequilibrio fiscal estaría entre las alternativas.

Hacia 1916, en el centenario de la Declaración de Independencia, Argentina mostraba un nivel de vida "envidiable". El PBI per cápita (en dólares constantes) era casi la mitad del de Estados Unidos, que ya despuntaba como potencia global, y estaba entre los 12 más altos del mundo (sobre un total de 42 países). El futuro lucía tan promisorio para nuestro país que algunos auguraban una disputa contra Estados Unidos por la hegemonía continental. Evidentemente, los errores de pronóstico vienen de lejos.

Hoy, en un nuevo aniversario de la declaración firmada en Tucumán, nuestro nivel de vida es 33% del de Estados Unidos y en el ranking global caímos al puesto número 63 (sobre un total de 168 países). En 105 años pasaron cosas, demasiadas, teniendo en cuenta los golpes de estado, cambios de gobierno y crisis económicas. Así todo, nuestro PBI per cápita creció de u$s 4.927 hasta u$s 18.556 (276%). Sin embargo, buena parte del mundo creció más rápido, explicando la caída en el ranking antes mencionada.

Las diferencias en el largo plazo importan. En los últimos 105 años, el PBI per cápita de Argentina creció a un ritmo promedio de 1.1% anual. Si el crecimiento hubiera sido de 1.5%, hoy tendríamos un PBI per cápita por encima de los u$s 27.000. Poniéndolo de otra forma, tendríamos el nivel de vida similar al de Grecia.

En pocas palabras, nos "dormimos en los laureles" mientras buena parte del mundo se tomó el desafío del crecimiento sostenido en serio. No existe una sola explicación de por qué pasó esto, pero si tuviéramos que arriesgar, el desequilibrio fiscal estaría entre las alternativas.

Simplifiquemos el argumento, pidiendo perdón de antemano por la exageración. El balance fiscal es el resultado de decisiones de política económica, ya que es el gobierno quien decide si gastar más o menos o si los impuestos deben subir o bajar. Pero también es el resultado de las circunstancias. Un boom de precios de commodities, subas en las tasas de interés internacionales, desastres naturales y, obviamente, una pandemia, alteran cualquier planeamiento fiscal.

El problema de Argentina es que las decisiones siempre inclinan el balance fiscal hacia el lado del déficit y nos quedamos sin margen de acción para enfrentar circunstancias adversas. En el último medio siglo, el gobierno nacional registró déficit fiscal en 39 años (28 años si miramos el resultado primario). La financiación de esos rojos implicó un crecimiento abultado de la deuda pública y/o de la emisión lisa y llana de dinero por parte del banco central. No casualmente, factores centrales dentro de la mayoría de las crisis que sufrió Argentina.

Una lección bastante obvia (para algunos, al menos) de nuestra historia es que la responsabilidad fiscal es importante para la salud general de la economía. Es cierto que la estabilidad macroeconómica no garantiza el crecimiento, pero resulta difícil que un país se desarrolle si de forma recurrente sufre crisis importantes. En el léxico de los economistas: la estabilidad macro es una condición necesaria pero no suficiente para sostener el crecimiento de largo plazo.

Miremos un poco hacia delante. Solo para recuperar el terreno perdido en la pandemia, el PBI per cápita debería crecer 12%. A un muy generoso 2,5% por año (recordemos el 1,1% anual promedio de los últimos 105 años), tardaríamos 6 años en volver al punto previo al Covid. Esto, en el marco de una economía que cerró el 2020 con el déficit fiscal más alto en 38 años, que no muestra un plan fiscal claro hacia delante, que depende en buena medida de la financiación del BCRA para pagar las cuentas y que tiene regulada buena parte de su intercambio con el resto del mundo. ¿Nos chocaremos con nuestro pasado una vez más? No se trata de una pregunta abstracta. Cada punto de crecimiento ganado o perdido implica un futuro promisorio o una nueva desilusión para miles de familias.

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Comentarios

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  • MAC

    Miguel Angel Coiro

    14/07/21

    El PBI per capita de Argentina en 2020 fue de 8540 US$ y el de USA 65.200 US$ ambos números según el banco mundial, me parece que le pifiaron pésimo a los números.....llamativo en un diario que se supone sabe de economía.... o fue un error no casual ????

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