Zoom editorial

Reconectar, el objetivo de los candidatos para que la urna no sea un plan de escape

El tono mesurado que usó Cristina Kirchner el sábado, durante la clase magistral que dio durante la presentación de un libro sobre su marido, revela uno de los temores que genera la elección de octubre: el desborde. La personificación de ese sentimiento la concentra Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza. La Vicepresidenta fue respetuosa con el hombre que ganó las PASO, pero se sumó a una asignatura que comparten los demás candidatos: desarmar el plan motosierra.

"Querer vivir bien no es de derecha", dijo Cristina, en un mensaje dirigido a los votantes que los eligieron en 2019 pero que ahora los abandonaron en castigo a los errores cometidos desde entonces.

Inversores y empresarios también temen por el potencial desborde que representa Milei. Los argumentos contra la dolarización ya están puestos sobre la cancha, y hasta el propio economista libertario menciona que es un plan que demanda tiempo y dólares.

Alfredo Cornejo celebró su victoria: "Vamos a poner todo para que Mendoza crezca y se desarrolle"

Por qué Cristina Kirchner pidió perdón y el plan para desarmar la motosierra de Milei

Pero el resto de la sociedad sigue enojada con la "casta". No hay, en la oferta electoral, ninguna conexión positiva con el futuro. Massa es un emergente de la actual gestión y Patricia Bullrich fue ministra de Macri y de Fernando de la Rúa. Todo lo que dicen los postulantes es, inevitablemente, un combo de recetas recicladas.

El problema que enfrentan UP y Juntos por el Cambio es que la fatiga crónica que provoca la Argentina, encierra a los votantes cada vez más en su propio mundo. Y les cuesta hacerlos permeables a sus argumentos. Cristina usó un pizarrón para demostrar que tan doloroso puede ser un recorte del gasto de 15 puntos del PBI. Está claro que le da centralidad a Milei, autor de esa desmesura, como si el problema de la elección fueran los porcentajes.

La Argentina no necesita romper toda su organización económica para poder reconstruirla de una manera "sana" o "eficiente". No es necesario, como tampoco viable. Pero defender este argumento en una pulseada electoral es complejo, si quienes lo hacen representan parte del status quo, ya sea del sector privado o del Estado. Macri inicio su gestión acelerando la salida del default pero luego estuvo un año trabado porque la Justicia no le permitía subir las tarifas y bajar el gasto. Aceptó ir por la vía del financiamiento, y cuando esta opción se complicó, llamó al FMI. El final de la película no necesita ser recordado (de eso se ocupa el kirchnerismo).

Lo que necesitan Massa y Bullrich es encontrar la salida a este laberinto. Porque mientras no consigan una forma de reconectar con los votantes que transmita una expectativa distinta, lo que atraerá el voto será un simple plan de escape.


Temas relacionados
Más noticias de Elecciones 2023
Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.