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Nunca fue tan de nadie el Frente de Todos

El ex secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, está de rotation en varios medios de comunicación en los últimos días y sorprende con una estadística: dice que en el período en el que pasó por el Gobierno, entre septiembre de 2021 y mayo de este año logró mejorar la distribución del ingreso gracias a un congelamiento de precios.

La sequía genera cada vez más preocupación: el golpe que se espera sobre ingreso de dólares y precios

Lo sostiene exhibiendo la medición del Coeficiente de Gini del último trimestre del año pasado que arroja el Indec. Asegura, además, que cuando estalló la guerra de Rusia en Ucrania y se dispararon las materias primas, decidió irse al ver que no había reacción desde el Poder Ejecutivo como para amortiguar la aceleración del precio de la comida. Pedía aumento de retenciones.

Sus declaraciones pasaron bastante inadvertidas porque coincidieron con la reaparición del ex ministro de Economía, Martín Guzmán, que llamó "chico caprichoso" al diputado Máximo Kirchner.

En una entrevista con Alejandro Fantino, recordó que luego de reestructurar la deuda con los acreedores privados había propiciado una recuperación post pandemia y un acuerdo según él muy bueno con el Fondo Monetario Internacional. Pero, agregó, cuando reclamó el manejo de la política energética y del Banco Central para evitar una posible corrida cambiaria y no tuvo éxito, eligió salir del gobierno.

La inflación del 100% ya es inevitable: las señales que el Gobierno elige no mirar

Además, el economista que sueña con volver a influir en un imaginario armado que vaya desde el gobernador peronista cordobés Juan Schiaretti hasta el radicalismo sui generis de Facundo Manes, está haciendo circular entre empresarios amigos cuadros que muestran que cuando lo acusaban de ajustador su política fiscal era expansiva mientras que ahora que el mismo kirchnerismo banca a su sucesor Sergio Massa, el gasto se está contrayendo de verdad.

Son dos casos de un mismo fenómeno muy de la coalición modelo 2019: la reivindicación de supuestos pequeños logros particulares en el marco de una administración de resultados generales poco auspiciosos, con una inflación en el horizonte del 100% anual, y con más signos de que a la aceleración del costo de vida se le puede sumar en cualquier momento el frenazo de la actividad económica.

El último comunicado de la Cámara del Acero lo confirma. Detrás del engañoso aumento del 15% de la producción de octubre frente al septiembre de las paradas técnicas, se detalla que la caída en los despachos de cemento da "una primera señal de desaceleración de la actividad de la construcción" mientras que los fabricantes de maquinaria agrícola están sujetos a lo que pase con la sequía en 2023.

En ese contexto se da el último intento de salvar la ropa por parte de los que pasaron por el gabinete, como aquél jugador que trata de cumplir un buen papel individual mientras el funcionamiento de equipo cruje en un mal resultado que te deja cerca de una eliminación de un torneo, con perdón de la oportunidad de la metáfora en tiempos de cosquillas mundialistas.

Pero quién les va a decir algo, si el presidente Alberto Fernández es una máquina de decir que él quiso pero ni la pandemia, ni la guerra ni "los locos" de su espacio lo dejaron. Y sobre todo si la propia jefa de la fórmula está en una parecida hace tiempo. Cristina Kirchner juega a que estos años directamente no existieron, o que lo que está ocurriendo no se trata de nada que tenga que ver con ella, que terminó de gestionar en 2015. Nunca fue tan de nadie la gestión del Frente de Todos.

De hecho, en algún momento de actos como el del jueves pasado hay pasajes muy extraños. Recuerda que como la sabe lunga ella había dicho que había que alinear precios, salarios, tarifas y jubilaciones para que el crecimiento no se lo llevaran cuatro vivos, y que incluso ella había propuesto en su momento un secretario de Comercio equis que hubiera cambiado todo pero que como no le dieron bola en nada, "bueh así estamos".

Así, con cara bastante de piedra se anima a dar a entender entonces que ella no volvió del todo y que ahora sí con "la fuerza de la esperanza" va a volver posta. Ya sea con ella de candidata, o -lo que sería más rebuscado- con alguien a quien señale como la única alternativa no sólo ante Juntos por el Cambio, sino al propio experimento que ella inventó en 2019 y le salió como el tujes.

21 horas

Todas estas estrategias de funcionarios y ex funcionarios para despegarse del tren fantasma que ha sido esta gestión no existen frente a la situación económica y social que se puede apreciar en una estación ferroviaria repleta de gente.

Los pasajeros hicieron cuadras de cola y hasta acamparon en la estación Constitución este fin de semana para conseguir pasajes de larga distancia, en una secuencia que resume tanto el estado de cosas que te amarga más que el 10 saudí.

Por un lado, recuerda el universo de personas que necesita acceder a los precios de los boletos ultra bajos del transporte ferroviario porque ni a palos llegan a lo que sale un bondi ni mucho menos al aéreo. En quince días se vendieron casi 400 mil boletos que te llevan a Mar del Plata por $1100, a Rosario por $505 o a Córdoba por $840.

Los tiempos que manejan los trayectos, en tanto, confirman los problemas del Estado para prestar servicios de calidad, la contracara de las tarifas baratas: 6 horas le pone el tren a la Costa Atlántica; 5 para la ciudad santafesina; 21 horas hasta la capital de la provincia mediterránea. Trenes Argentinos asegura que está trabajando para renovar las vías como puede, para llegar a velocidades del siglo XXI.

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