Tratando de lograr algo de credibilidad

Comentaré sobre dos temas, relacionados entre sí por la (falta de) credibilidad.

La posibilidad de la moneda Sur para comerciar entre Argentina y Brasil ha pasado por diferentes estadios: desde propuesta de moneda única hasta moneda virtual para comercio internacional. Esta última podría ser similar a ‘anotar en un cuadernito' cuanto vende un país a otro y luego compensar. Por ahora lo que concreto es que parece que habrá un préstamo de Brasil para importar sus productos. Algo es algo.

Si Argentina tuviera mayor estabilidad en su moneda, lo que es lo mismo que decir que no tuviera inflación, podría haber crédito e iniciarse un proceso de crecimiento. Como la fortaleza de nuestras instituciones es baja, pareciera buena idea importar ‘credibilidad' ya que las decisiones estarían fuera de nuestro alcance. Por algo hay ahorro en dólares, en Bitcoin, o en cocheras para alquilar, pero no en pesos. Preservar el valor del ahorro es muy importante. La credibilidad de la moneda es fundamental.

La moneda común entre Argentina y Brasil genera dudas: ¿qué tan viable es?

Además del euro, o los países que han dolarizado, hay otras experiencias a mencionar, sumamente valiosas para demostrar que aún sin inflación es muy difícil que un país se desarrolle rápidamente. Sudáfrica, Namibia, Lesoto y Esuatini utilizan el rand sudafricano en la llamada Common Monetary Union. A su vez hay dos uniones monetarias con banco central para -en total- 14 naciones: África Central (BEAC) y África del Oeste (BCEAO) ambos con una moneda que es legado del franco francés colonial.

Como puede verse, el listado de condiciones es significativo, y si hoy tuviéramos que considerar algo similar para lograr credibilidad en una moneda del Mercosur tendríamos un verdadero desafío.

Si el objetivo fuera mejorar el comercio parece ingenuo pensar en una moneda como el Sur ya que por definición si un país importa más del otro, le resultará difícil obtener los Sur necesarios, y el que tenga excedente no tendrá otro uso para ellos. Por eso hay monedas de amplia aceptación, u oro, que permiten que los excedentes en un lugar puedan ser utilizados en otro.

Idea de inversión: compre queso

Si las razones no fueran (solamente) fomentar el comercio, sino importar políticas consistentes, tendríamos un desafío aún mayor dadas nuestras propias inconsistencias. Veamos algunas:

Se busca reducir la inflación por medio de controles de precios, que sabemos que tienen escasa utilidad. Asimismo, el cepo a las importaciones dificulta producir más por lo que la actividad económica se sostiene con alfileres. A su vez, esta está incentivada por el apuro de los argentinos en sacarse los pesos de encima para comprar algo antes que suba, generando una presión en precios para comprar la misma o menor cantidad de bienes. Todos sabemos que la oferta ha de ser igual a la demanda, o en términos monetarios, la cantidad de dinero multiplicada por la velocidad de circulación ha de ser igual a la cantidad de transacciones con sus respectivos precios.

Los pasivos monetarios totales del BCRA crecen a una tasa superior al 6% en los últimos meses, de lo cual la parte remunerada (Leliq y Pases o déficit cuasi fiscal) crece por encima del 7%. En diciembre 2019 los intereses eran el 3% de la Base Monetaria, hoy son de 115% tanto por aumento de tasa como por aumento de cantidad de Leliqs. Si sabemos que hay este incremento en la masa monetaria, ¿por qué habrían de crecer menos los precios? Es poco creíble que se reduzca la inflación.

Refranes populares y política económica

También sabemos que la tasa de interés para quien ahorra está cerca o por debajo de la inflación, ofreciendo pocos incentivos a ahorrar o lo que es lo mismo, a conservar pesos en lugar de gastarlos.

El argumento de mantener el tipo de cambio oficial para que los precios no se disparen no es muy sólido dado que en los últimos meses subió más que la inflación, aunque ralentizando en estas últimas semanas.

El dólar blue -el que se consigue- también ha tenido una fuerte suba que a su vez impacta sobre el potencial costo de reposición: dado que hay cepo y no se sabe si habrá o no posibilidad de reemplazar lo que se venda, entonces es un indicador mejor que el tipo de cambio oficial. A su vez, todos sabemos que las reservas están en un nivel peligrosamente bajo con lo cual es poco creíble que el tipo de cambio oficial se pueda seguir "deslizando" suavemente en el tiempo.

No se dice, pero hay una devaluación

Por el lado del Tesoro la situación no es mejor, ya que su endeudamiento ha crecido notablemente y a mayor ritmo.

Si tantos números marean, o se descree de la política monetaria, o se piensa que la política fiscal es lo fundamental, entonces debiéramos prestar atención al déficit fiscal y financiero. La forma más fácil de resumir y demostrar que el gasto es superior a los ingresos (dejando de lado su eficiencia), es que el endeudamiento total ha aumentado consistentemente todos los meses indicando que se gastó de más o se refinanciaron intereses que no se pagaron. La deuda pasó de u$s 323.000 millones en diciembre de 2019 a u$s 390.000 millones en diciembre de 2022, un aumento de más de u$s 60.000 millones, superior al préstamo del FMI de 2018. Digo, para los que se quejan del endeudamiento recibido... y sepamos lo que nuestros hijos y nietos habrán de pagar. No olvidemos que este mayor endeudamiento es sólo una parte del déficit fiscal porque falta agregar lo que se pagó con emisión monetaria.

Parte de esta deuda está en dólares y parte es en pesos con una tasa fenomenal o indexada con el tipo de cambio oficial, con lo cual crece junto con la inflación. Esto es muy importante, porque las horribles recetas de licuar acreedores que se aplicaron hace algunas décadas ya no funciona... A menos que se haga un default con todas las consecuencias que ello implica.

Si aun así no se cree que hay inconsistencias dentro de nuestra política monetaria o la forma vil en que funciona la política fiscal, entonces podemos ver los problemas que hay en los temas institucionales como, por ejemplo, el juicio a la Corte donde la división de poderes está cuestionada.

Para terminar: creo que el anuncio de la moneda Sur es por ahora sólo humo político, pero es una magnífica oportunidad para que pensemos en cómo lograr realmente un poco más de credibilidad.

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