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La "curva" de credibilidad de Massa no se construye solo con pesos y dólares

Hay mucha expectativa por dos datos que se conocerán en la semana. Uno de ellos es la inflación de noviembre, que se divulgará este jueves. El otro es la última licitación relevante de deuda en pesos que se realizará un día después.

Sergio Massa apostó fuerte por la efectividad del plan Precios Justos. Su pronóstico es que el IPC empiece con 5. Y algunos análisis privados empezaron a considerar válida esa chance, sobre todo por la moderación observada en el valor de los alimentos. Los consultores que participan del REM no comparten su optimismo y anotaron un promedio de 6,1%. Economía los espera con alguna carta ya marcada: advirtieron que hubo una baja en los precios mayoristas y que la inflación núcleo también cambió su tendencia.

El Gobierno le pone una ficha a la adhesión de los supermercados (aunque como canal de venta representan menos de 40% del total, su rol en las mediciones es más relevante). En los papeles, entre 5,9% o 6% no hay diferencia. Pero como sabemos, la política se construye con gestos. El oficialismo necesita que la inflación baje para sostener alguna chance electoral, sin importar quién sea el candidato (un elemento que se volvió crítico después de que Cristina Kirchner avisara que no va a competir en el 2023). Con lo cual, el dato que aporte el Indec será celebrado en despachos oficiales como un penal atajado por Emiliano "Dibu" Martínez.

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La pulseada por la deuda es más sensible. Ni bancos ni grandes inversores están interesados en que la licitación deje tambaleante el financiamiento de 2023. Pero hay que llegar al número ($ 410.000 millones), y en especial, superarlo. Massa no tiene problema en que el sector público aumente su participación en esta torta. Por eso ha pedido a gobernadores e intendentes que cambien sus plazos fijos por títulos del Tesoro. Gestiones y llamados sobran.

También es un hecho que hay otras fuentes de pesos a las que puede acudir el Tesoro antes de recurrir a los giros del Banco Central. Economía tiene depositados, en su cuenta del BCRA, un remanente de los DEG que envía el FMI. También puede cambiar parte de los dólares que enviaron el Banco Mundial y el BID. Como se verá, el punto crítico no es cubrir el déficit sino dar la señal adecuada. El dólar soja 2 también está haciendo su aporte al colchón de recaudación del último mes del año.

A Massa le quedan otras dos instancias clave para potenciar su "curva" de credibilidad en el mercado: el swap con China, y demostrar el poder de fuego real del acuerdo firmado con EE.UU. En eso trabaja hoy su equipo.

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