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Javier Milei se enoja hasta con el diccionario

La definición de la Real Academia Española sobre la inflación varió 5 veces en los últimos 30 años e irrita a Milei en su libro. El efecto monetario y las variables adicionales. Elecciones y una candidatura de tres dígitos

Enojado, como siempre, Javier Milei se la agarra en su último libro "El fin de la inflación" con la Real Academia Española.

El líder de La Libertad Avanza registra indignado que el diccionario ha ido cambiando con el correr de los años la definición monetarista de ese término -Inflación- producto de la "nefasta influencia" del pensamiento de John Maynard Keynes y su libro "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero".

Lo primero que hay que decir es que sí, es cierto, el diccionario funciona como un registro vivo que refleja los debates de la sociedad detrás de cómo se denomina todo, aunque muchos crean que "impone" la forma de pensar o hablar a la población.

La RAE registra, a su ritmo, los debates de la sociedad

Así, mal que le pese al libertario, el mundo y no sólo cuatro ñatos en la Argentina, se han hecho preguntas sobre el alza del costo de vida y, oh Dios, han surgido reflexiones desde distintos puntos de vista ideológicos de parte de gente que prefiere alejarse de los dogmas.

Las definiciones de inflación de la RAE

Le pregunté por el asunto Santiago Kalinowski, uno de los mayores expertos en lingüística del país, y me pasó el detalle de las modificaciones en los registros de la RAE desde los inicios. El camino es éste:

1925-1984: "Excesiva emisión de billetes en reemplazo de moneda".

1984: "Exceso de moneda circulante en relación con su cobertura, lo que desencadena un alza general de precios".

1992: "Elevación del nivel general de precios, motivada habitualmente por el desajuste entre la demanda y la oferta, con depreciación monetaria".

2001: "Elevación notable del nivel de precios con efectos desfavorables para la economía de un país".

2014: "Elevación del nivel general de precios".

No hace falta ser un cráneo para darse cuenta de que recién hace una década la definición quedó exenta de carga ideológica, sin reflejar un tipo de teoría en su explicación. Lo que debería ser un avance, a Milei lo perturba.

Como se ve, no solo "inflación" nunca se anotó como "pérdida de valor del dinero", sino que la acepción registra que hay una disputa respecto de aquello de que "siempre y en todo lugar es un fenómeno monetario".

De hecho, los últimos debates a nivel internacional que promovió por ejemplo el ex economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, que fijó la mirada sobre la puja distributiva y los márgenes empresarios, podrían volver a ampliar en un futuro los pensamientos sobre el tema y quien te dice, algo de ello lo refleje en el diccionario alguna vez.

La puja distributiva y los márgenes empresarios ya entran en el análisis del FMI sobre inflación

Son debates, en todo caso, del mundo de la teoría que ocupan a los extremos que proponen por caso cerrar el Banco Central y por ende necesitan que todo el problema sea monetario. Ojo, claro que posiblemente sea "un temón" en nuestro país, pero que convive también con causas como la inercia o la escasez de dólares o la pelea por los ingresos que desafían a cualquier cerebro que quiera terminar con el tema.

Empieza a circular el billete de $ 2000, el de mayor denominación

De hecho, viendo cómo se desacelera el costo de vida en el mundo en general y en la región en particular, en cualquier momento el diccionario va a terminar poniendo que la inflación es "un problema económico principalmente en la Argentina y un par de países más" y no va a estar muy errado, sobre todo si se ve la dinámica que está tomando todo en mayo.

En el Central ya calculan en "8,5% y acelerando" la medición de este mes, mientras que en la consultora Eco Go proyectan hasta ahora un 9%, según el Relevamiento de Precios hasta la tercera semana.

Un número que asusta porque supone una escalera sin fin desde el 5,1% de diciembre y cuando todavía no empezó a impactar la habitual turbulencia electoral que se siente en el dólar y más tarde en los precios.

Recién calienta en el oficialismo la disputa por la candidatura. Que si habrá PASO o un nombre de consenso. Que si elige el pueblo o elige el dedo. Que si el orden político traerá orden económico o si las primarias contribuirán a organizar las propuestas hacia futuro.

El oficialismo debate si habrá PASO o candidato de consenso

Que si es la hora de un hijo de la generación diezmada, o si llegará un padre de la burocracia afanada o si es el turno de un pariente del establishment acomodado.

O si todo dará lo mismo porque el candidato será una cifra de tres dígitos, la inflación, que se impondrá en el voto cualquiera sea el nombre en una boleta. O cualquiera sea la definición en un diccionario.

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