Estabilización: el dilema entre reserva y consenso
La incertidumbre económica está en uno de los puntos más altos de nuestra historia. Y, por lo tanto, es lógico que la sociedad esté ávida de noticias que le permitan anclar sus expectativas. Tener algo a qué aferrarse para esperar un futuro menos incierto y más alentador.
Si bien la demanda de mayor certidumbre debería recaer principalmente en el Gobierno, que es el que puede hacer algo hoy, la demanda se concentra principalmente sobre los candidatos de la oposición y sus equipos técnicos. Probablemente porque la mayoría de los argentinos tiene en claro que no está en los planes de las autoridades hacer nada relevante a pesar de que aún le quedan seis meses de gestión.
La macro no se arregla con cosméticos
En este contexto, vale la pena recordar que mantener la reserva y sorprender con medidas inesperadas al anunciar un programa de estabilización macroeconómica puede tener varios beneficios. Entre los que se destacan:
- Romper inercias y resistencias: en algunos casos, los problemas macroeconómicos pueden estar arraigados en inercias o resistencias estructurales. Al sorprender con medidas inesperadas, se puede romper con las expectativas pasadas y generar un cambio de paradigma. Esto puede facilitar la adopción de políticas más audaces, permitiendo abordar de manera más efectiva los problemas.
- Mayor margen de maniobra para implementar políticas: al mantener en reserva los detalles específicos, las autoridades tienen más flexibilidad para ajustar y adaptar las políticas según sea necesario. Esto les permite evaluar la situación económica en tiempo real y tomar decisiones informadas en función de las circunstancias más recientes. Además, si las medidas son totalmente conocidas de antemano, podrían surgir presiones políticas o de interés que dificulten su implementación.
- Efecto sorpresa y confianza del mercado: la sorpresa puede conducir a un aumento en la confianza de los mercados y los agentes económicos, ya que se percibe que las autoridades están tomando decisiones audaces y decididas para abordar los desequilibrios económicos. Esto puede generar un impulso positivo en la economía, alentando la inversión y el consumo.
- Evitar filtraciones, especulaciones y maniobras anticipadas: se debe minimizar el riesgo de filtraciones de información privilegiada que podrían ser aprovechadas por algunos actores económicos para obtener beneficios a expensas de otros. Al mantener la reserva, se reduce la posibilidad de que se produzcan estrategias especulativas o maniobras evasivas, lo que contribuye a mantener la equidad y la integridad del proceso de implementación del programa.
Tengamos presente, por ejemplo, que el lanzamiento del Plan Austral debió anticiparse ante filtraciones aparecidas en medios periodísticos, por cuanto el equipo económico de aquel entonces juzgó necesario que la sorpresa era un ingrediente clave del programa. La Convertibilidad, por su parte, también contó con una dosis importante de reserva; sólo unos pocos actores sabían de su implementación. No pretendemos establecer un hecho estilizado, pero los dos programas de estabilización de mayor éxito inicial para contener la inflación tuvieron una dosis importante de sorpresa en anuncios de alto impacto sobre las expectativas.
"¿Llego o no llego?" Las cuentas oficiales y las metas
Pero, aunque la sorpresa puede tener beneficios, también es fundamental asegurarse de que exista un marco sólido y coherente detrás de las medidas anunciadas. La transparencia y la comunicación efectiva son clave para mantener la confianza del mercado y de la opinión pública y garantizar que las políticas implementadas sean comprendidas y respaldadas adecuadamente. Mantener la reserva sobre el contenido de un programa de estabilización puede dificultar la búsqueda de un consenso previo entre los diferentes actores económicos y políticos. Sin embargo, existen formas de superar este dilema y promover un proceso más inclusivo:
- Diálogo y consulta previa: aunque se mantenga la reserva sobre los detalles específicos, es importante establecer canales de diálogo y consulta con diversos actores económicos, expertos y representantes políticos. Estas conversaciones pueden centrarse en la identificación de los principales desafíos y problemas económicos, así como en la exploración de posibles enfoques y soluciones. A través de un diálogo constructivo, se puede fomentar un consenso general en torno a la necesidad de un programa de estabilización y los objetivos generales que se deben perseguir.
- Marco de políticas claro y transparente: esto implica definir los principios generales, los criterios y las estrategias que guiarán el programa de estabilización. Al proporcionar un marco transparente, se brinda a los actores económicos y políticos una visión clara de los fundamentos y las metas del programa, lo que puede ayudar a generar consenso en torno a su necesidad.
- Comunicación efectiva: la comunicación es fundamental para superar el dilema entre reserva y consenso. Es necesario explicar y justificar de manera clara las razones para mantener la reserva sobre los detalles específicos del programa de estabilización. Al comunicar los beneficios de mantener la sorpresa y la flexibilidad, así como los riesgos de filtraciones y manipulaciones, se puede generar comprensión y aceptación en los actores económicos y políticos Además, es esencial asegurarse de que una vez anunciado el programa, se comunique de manera efectiva y se expliquen los fundamentos y objetivos de las medidas tomadas.
- Participación posterior a la implementación: aunque el consenso previo puede ser difícil de lograr debido a la reserva sobre los contenidos, es importante fomentar la participación y el diálogo posterior a la implementación del programa de estabilización. Esto implica brindar oportunidades para que los actores económicos y políticos evalúen y retro alimenten las políticas implementadas, compartan sus perspectivas y propongan ajustes o mejoras. Esta participación posterior puede contribuir a generar consenso y adaptar el programa a medida que se van identificando los resultados y los desafíos reales.
Al combinar estas estrategias, es posible abordar el dilema entre reserva y consenso, promoviendo un proceso más inclusivo y participativo en el diseño y la implementación de un programa de estabilización macroeconómica. La clave está en establecer una comunicación efectiva y transparente, y en fomentar el diálogo constructivo entre los diferentes actores involucrados.
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