El líder catalizador: un aliado clave para impulsar el cambio
El contexto actual desafía a las organizaciones a estar en una permanente situación de cambio, algo que pone el foco en la gestión de los Recursos Humanos porque se vuelve central construir alrededor de esta necesidad.
Ya es indiscutible que todas las acciones, programas de desarrollo y planes de acción deben girar en torno a facilitar en los equipos el desarrollo de la agilidad necesaria para permitir esto.
Pero ¿cómo podemos construir equipos de trabajo con la agilidad emocional necesaria para afrontar un contexto de constantes cambios? ¿Cómo se entrenan para que estén preparados para ello? ¿Cómo transicionamos de un equipo estable de años con procesos estipulados a lograr un equipo de trabajo capaz de vivir las situaciones de cambio como algo normal y habitual?
Se convierte en algo fundamental trabajar en la capacidad de aprender (Lernability) y la capacidad de adaptar las tareas a las nuevas necesidades, o directamente cambiar aquellas que van quedando obsoletas por otras adaptadas a los nuevos procesos (Reskilling).
El catalizador del cambio
Pero aparece una figura que muchas veces no es tenida en cuenta y que se convertirá en un actor fundamental del cambio: el catalizador. Es aquel líder que empujará el cambio y será un aliado en el proceso.
La peor pesadilla del líder tóxico: los errores son una inversión para mejorar
Economía Circular: la oportunidad histórica de Innovación Empresaria
Entonces la pregunta es ¿cómo darse cuenta de quién puede ser, y qué capacidades debería tener para poder identificarlo y desarrollar un plan de trabajo alrededor de su figura como motor del cambio?
Un líder catalizador debería ser quien impulsa las capacidades de su equipo, que esté convencido de que la inteligencia colectiva es mucho más poderosa que el talento individual, y obviamente debe tener un alto desarrollo de agilidad dentro de la organización, que sea capaz de dar respuesta a través de la creación y la innovación a todos los procesos de cambio que se están dando en el contexto.
Es decir, debe ser un líder muy adaptativo.
La gran pregunta es si tenemos esta clase de personas dentro de nuestros equipos.
Será un gran desafío encontrar esta persona, que no necesariamente tiene que ser un jefe, un gerente, ni una figura estipulada en el organigrama, sino que puede surgir de un equipo de trabajo con similares responsabilidades y jerarquías que el resto donde sus características personales hacen que asuma ese rol de impulsor del cambio.
Tarea desafiante la de encontrar aquella persona que reúna las condiciones de ser un líder natural, que tenga en su naturaleza impulsar la transformación en el equipo, independientemente del puesto formal que ocupe.
Cuál es el desafío más grande que tendrán los CEOs en los próximos dos años
Cómo potenciar la marca personal de líderes y profesionales en LinkedIn
Obviamente, la experiencia indica que no en todos los equipos contamos con esta figura. En algunos casos nos encontraremos con la ventaja de tenerlos entre los colaboradores y sólo será cuestión de detectarlos, lo cual se vuelve más fructífero porque traen este tipo de mindset al que denominamos grow mindset o mentalidad de crecimiento.
Sin embargo, como todavía muchas organizaciones arrastran décadas de historia de liderazgos conservadores basados en el control y la jerarquía impuesta, nos encontramos muchas veces frente un tipo cultura organizacional que atenta contra la aparición o desarrollo de un catalizador natural, y nos pone ante la necesidad de tener que desarrollar esa capacidad.
Nos podremos convertir en un líder catalizador si somos auténticos, si sacamos lo mejor de las personas, si practicamos la escucha activa, si fomentamos la creatividad, y si nos enfocamos en el potencial de cada persona sabiendo delegar cuando corresponda.
La clave es dejar de lado el individualismo, el control y la competencia para apostar a la colaboración, la creación, y poner en valor el derecho a liderar que tienen los colaboradores.
Compartí tus comentarios