ANÁLISIS

Crisis: ¿la comunicación como chivo expiatorio de la política?

Las crisis como la que desataron las PASO en el Gobierno generan desconcierto en el poder. Y suele echársele toda la culpa a la comunicación. La gran pregunta hacia adelante, ¿podrá el Gobierno revertir en las elecciones de noviembre el resultado de las primarias?

A las crisis, como a las obras de arte, hay que mirarlas siempre de lejos. Distanciarse, una vez que están terminadas, para poder ver la imagen completa. Si bien la crisis ocurrida en el Gobierno Nacional pareciera aún no haber finalizado, el reacomodamiento del gabinete da un respiro para analizar en frío lo sucedido hasta el momento.

El Frente de Todos sufrió una importante derrota a nivel nacional en las PASOcayó en 17 de 24 distritos e hizo la peor elección de la historia del peronismo unido en la Provincia de Buenos Aires.

De repetirse los resultados en noviembre, podría perder bancas en Diputados y el quórum en el Senado, históricamente controlado por el PJ.

Este fracaso en las urnas, que en gran parte puede explicarse por la grave situación económica y las consecuencias de la gestión de la pandemia, fue el detonante de una crisis política en la coalición gobernante.

El cumpleaños de Fabiola Yañez en Olivos, una foto incómoda para el Gobierno

La crisis y el desconcierto

Una crisis, por definición, es un momento de máximo riesgo y mínimo control, donde se pone en juego la situación relativa de poder de los actores involucrados [1]. Dicho de otro modo: es una situación que desafía los valores de quienes tienen el poder. Es un estado que exaspera, paraliza, que genera situaciones atípicas, impredecibles. Pone en jaque a los afectados, los desconcierta

Una crisis como la ocurrida puede hacer que renuncien funcionarios que no tenían planeado hacerlo, y que permanezcan aquellos que inicialmente habían presentado su renuncia.

O que una legisladora envíe un audio de WhatsApp de 11 minutos y, peor aún, que haya miles que estén dispuestos a escucharlo de inicio a fin. Todo es posible en una crisis.

Diputada Fernanda Vallejos

Un indicador clave para identificar las crisis

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo van a ocurrir, ni qué va a suceder, mucho menos cuándo van a terminar. Sin embargo, existe un indicador que puede ayudar a identificarlas a tiempo: el nivel de disenso.

Las crisis son siempre resultado del disenso. En este caso, la falta de consenso surgió de manera endógena dentro de la misma coalición y se hizo visible con la presentación de la renuncia de todos los ministros kirchneristas.

Un planteo directo de la líder del espacio a su apoderado político, que continuó con una extensa carta en la que lo responsabilizó -casi de manera única- de la derrota electoral. El disenso en su máximo esplendor.

Vicepresidenta Cristina Kirchner

Pero todo poder implica, en un sentido foucaultiano, la aparición de un contrapoder.

En este caso, el avance del kirchnerismo generó algo inédito intra-coalición: el Presidente recibió el apoyo explícito de tres actores determinantes en la política argentina. Los gobernadores, parte de los intendentes y los sindicatos mostraron su acompañamiento a un Alberto Fernández, golpeado y aturdido, que pudo encontrar en estas adhesiones cierta estabilidad sobre la cual sostenerse.

El rol de la comunicación en una crisis

Ahora bien, ¿qué rol ocupa la comunicación en la gestión de una crisis?

Las crisis, naturalmente, son pura incertidumbre; lo que puede y debe hacer una buena comunicación estratégica es aportar certidumbre para disminuir el riesgo y aumentar la capacidad de control.

Por el contrario, una mala gestión comunicacional puede empeorar aún más la situación.

Lo que no puede hacer la comunicación es sustituir a la política. Los problemas políticos se resuelven con política y con más y mejor comunicación.

Alberto Fernández, en la jura de los nuevos ministros

Échale La culpa a la comunicación

La estabilidad del líder, sumado a un equipo sólido y formado de comunicación estratégica, son factores determinantes para la efectiva clausura de la crisis.

La política y la comunicación son indivisibles. Sin embargo, cuando la política fracasa, se suele echar completamente la culpa a la comunicación.

En esta crisis se pudo ver de forma muy clara: el primero en tener que abandonar su cargo fue el Secretario de Prensa y Comunicación. No fue el ministro de Economía, ni el de Desarrollo Productivo, ni el Presidente del Banco Central.

La comunicación termina funcionando como primer fusible, como chivo expiatorio de los gobiernos que no logran obtener niveles aceptables de consenso, es decir, que tienen dificultades para gobernar y comunicar.

Juan Pablo Biondi, ex secretario de Prensa y Comunicación

Instituciones fuertes

Finalmente, volviendo al conflicto en cuestión, las instituciones se mostraron fuertes y la política logró detener el avance de una crisis autogenerada.

Los cambios introducidos en el gabinete pudieron apaciguar las aguas y brindaron al Ejecutivo la posibilidad de retomar la iniciativa comunicacional de cara a noviembre.

Alberto Fernández y Matías Kulfas

¿Logrará el peronismo mejorar el desempeño electoral? Si la respuesta es sí, la alianza podría incluso fortalecerse; en cambio, si los números de las PASO se repiten, las fracturas internas se tornarán cada vez más profundas.

Los resultados en las urnas no solo serán determinantes para el desarrollo de esta crisis, sino también para el futuro del Frente de Todos que, como toda coalición en Argentina, pareciera ser mucho más exitosa alcanzando el poder que gobernando.


[1] El Dr. Luciano Elizalde analiza en profundidad el tema en sus libros "Estrategias en las crisis públicas" y "Manejando el disenso".

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Comentarios

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  • CA

    Claudia Analía

    27/09/21

    ES LA KORRUPCI0N ESTÚ......

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