Comercio: prosperidad en la paz y sin certezas en la guerra
Durante los últimos diez años se ha configurado un cambio notable en la escena internacional. El siglo XXI está prefigurando una notable mutación en la relación entre los países y hemisferios. Una redefinición de liderazgos y un nuevo sistema de alianzas.
La presencia de la rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China domina la agenda internacional. Los tiempos actuales están signados por la incertidumbre. Así como la pandemia provocó una crisis en el sistema de salud en el ámbito mundial. La guerra entre Ucrania y Rusia redefine el sistema global de relaciones internacionales.
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En tanto que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU se encuentran involucrados en el conflicto en forma directa o indirecta. Por un lado Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y por el otro China y Rusia. La solución de controversias internacionales está en fondo de la cuestión. El principio de la eficacia internacional está vacante.
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El multilateralismo ha dado paso al sistema plurilateral. Los órganos creados por el sistema de posguerra no logran cumplir los objetivos para el cual fueron creados. El principio de no intervención pasa a ser vulnerado por quienes lo debieran hacerlo cumplir. La amenaza nuclear está latente. Está situación hace a la complejidad del mundo que se avecina.
El comercio internacional en tiempos de paz es la contracara de lo que ocurre en tiempos de guerra. Entre otras consecuencias los conflictos internacionales ponen límites al flujo de comercio. El efecto de las sanciones comerciales que se aplican entre los países generan acciones y represalias, ellas terminan afectando al comercio mundial.
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Se produce una brecha entre países ricos y pobres, como también los emergentes. Disminuye el volumen del comercio. Aumenta las disparidades regionales. Hacen subir el precio de los alimentos, energía, gas, petróleo y servicios. Finalmente disminuye el PIB mundial previsto en 1.3% .
Se dispara la inflación. Las estimaciones de la OMC eran que el volumen del comercio mundial iba a crecer un 4.7% para el 2022 y va ser de 3.0 %, y un 3.4% para el 2023.
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El comercio de servicios se verá afectado sobre todo en transporte marítimo de contenedores y transporte aéreo de pasajeros. Los objetivos de preservación del medio ambiente planteados en el Acuerdo de París y Glasgow se ven extendidos en el tiempo por los cambios de provisión de energía fundamentalmente en la Unión Europea , particularmente en Alemania.
La dependencia energética de Moscú modifica hábitos y costumbres de la población europea. El cambio energético de fósiles a una mayor intensidad verde se va a ralentizar por las nuevas circunstancias geopolíticas. También es posible la postergación de iniciativas chinas de La ruta y franja de la seda por razones similares.
El presidente chino Xi ha demostrado mano dura respecto aquellos países que cuestionen sus políticas de salud, como es el caso de Australia, cerró el mercado de carnes entre otros productos. Tanto Trump como Biden continuaron las políticas comerciales de contención a China y la potencia asiática contrarrestó con sus propias medidas.
La prosperidad y el progreso comercial requiere un mundo más pacifico. La guerra complejiza las relaciones comerciales. Si a ello se suma la turbulencia creada por la visita de parlamentarios norteamericanos a Taiwán, ello motivó ejercicios militares tanto en el continente como en la isla. Habrá un menor crecimiento económico en China según las previsiones.
También una burbuja inmobiliaria ha generado importantes perjuicios. El disconformismo por la decisión del premier chino sobre el aislamiento de gran parte de la población por covid es considerado un exceso autoritario.
En este contexto internacional la Argentina está tratando de desarrollar una política de equilibrios intentando adecuarse a un escenario por demás complejo frente a la rivalidad de Estados Unidos y China. Principalmente porque no logra tener un posicionamiento internacional que pueda definirse con claridad y coherencia.
Donde las democracias valen igual que las dictaduras para la política exterior. También hay intereses en juego y valores, principalmente la confianza que se pierde fácilmente y se recupera con mucha dificultad. ¿Quienes pueden restablecer la confianza en la Argentina?
Esa es la pregunta que la política debe responder con hechos y con palabras. Hace más dos años que no se tiene respuesta. Esperemos que lo haga por el bien de los argentinos.
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