Argentina frente al desafío del sprint digital

Con una larga trayectoria en el atletismo internacional, Tirunesh Dibaba es una corredora etíope especializada en carreras de larga distancia, que tiene una cualidad única: aunque no suele liderar el pelotón hasta la última vuelta, en el sprint final resulta casi imbatible.

En el mundo del deporte, el "sprint" es ese esfuerzo máximo que un atleta realiza para recorrer el último tramo de una competencia. En el mundo de la tecnología, Google tomó prestado este concepto para elaborar un informe global que pone foco en una idea que creo que puede tener un gran interés para nosotros, los argentinos y las argentinas: la de los "sprinters digitales".

Lo que está detrás de este concepto es relativamente simple: en el marco de una pandemia que generó una recesión económica sin precedentes, los mercados emergentes nos encontramos frente a la gran oportunidad de hacer un "sprint digital" que nos permita, igual que a Tirunesh Dibaba, avanzar muchas posiciones en muy poco tiempo. La clave: acelerar la adopción de la tecnología y convertir a ésta en un auténtico motor de progreso.

Los pilares del sprint digital

Según datos de Alphabeta citados en dicho informe, entre 2010 y 2017, Argentina logró dar acceso a Internet a un 29% adicional de sus habitantes. Si bien la transformación digital no se limita únicamente al acceso a Internet, hoy el país puede apalancarse sobre este logro para impulsar su recuperación económica basándose en la tecnología.

Para esto, es clave, por un lado, fomentar el desarrollo de habilidades digitales por parte de la población, ya que si bien el capital fisico es indispensable para abordar una agenda de transformación digital, por sí solo no es suficiente, y debe complementarse con una agenda de desarrollo en torno al capital humano.

Otro de los aspectos clave de esta necesaria transformación pasa por abordar la brecha de género. La desigualdad de género y la discriminación representan un problema social pero también un límite para el desarrollo del capital humano. En un intento por combatir este problema, el gobierno argentino recientemente impulsó una nueva iniciativa público-privada denominada Centro de Géneros en Tecnología que tiene como objetivo promover la inserción y la formación de mujeres y disidencias en el sector de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

También, para poder hacer este "sprint digital", es fundamental promover la adopción de Inteligencia Artificial y fomentar el movimiento hacia la nube. Lejos de tratarse de algo exclusivo de las economías avanzadas, muchos mercados emergentes ya están utilizando la IA para resolver desafíos de desarrollo económico, como el de mejorar la precisión agrícola, por ejemplo. Muchas empresas argentinas de distintos tamaños vienen trabajando para acelerar sus capacidades digitales y aplicar inteligencia artificial y aprendizaje automático (machine learning) a la optimización de procesos industriales, el aumento de la eficiencia en los costos y la aceleración de la toma de decisiones. En línea con estos esfuerzos y con el objetivo de continuar expandiendo el ecosistema digital, recientemente Google Cloud inauguró en nuestro país un nuevo Centro de ingeniería y servicios para el cual estamos contratando talento local.

Creo firmemente en la posibilidad de aunar esfuerzos públicos y privados en este necesario y potencialmente enriquecedor proceso de transformación, que según el capítulo local del informe de Alphabeta, podría generar para Argentina un impacto anual de hasta USD 149,000 millones para 2030.

La invitación es a promover el trabajo colaborativo entre gobiernos, empresas e instituciones para aprovechar, juntos, la oportunidad que tenemos por delante y hacer nuestro ese potencial. El desafío de convertirnos en sprinters digitales está planteado. Y el momento es ahora.

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