UCR en ebullición: leales a Macri, rupturistas y bonaerenses que piden debatir

La Unión Cívica Radical puede desaparecer. O diluirse dentro de Cambiemos. Ese es el planteo de varios dirigentes, entre ellos algunos de los que defendieron con fervor la alianza con el PRO en la convención de Gualeguaychú en 2015. Entonces una parte del partido se embanderó detrás del "Sí se puede" de la mano de Ernesto Sanz. Pero Sanz era presidente del partido y ya no lo es. Ahora es un asesor sin cargo aunque de extrema confianza de Mauricio Macri. Algunos radicales lo ven más leal al Presidente que a la UCR, y cuestionan por estos días, en línea con organismos de derechos humanos, la postulación a su impulso del abogado mendocino Carlos Horacio De Casas, ex defensor de un ex represor, para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En la lista suman otras críticas a temas en los que no se consultó al partido, sino que se les informó con posterioridad. Ayer el senador Julio Cobos pidió la nulidad del acuerdo del ministerio de Comunicaciones, que conduce su correligionario Oscar Aguad, con el Correo, por considerarlo "abusivo".
Los que iban al encuentro platense sinceraron una postura que quieren presentar en el retiro radical del 24 y 25 de febrero en Villa Giardino, Córdoba. Ese plenario, para 500 dirigentes de todo el país, tiene en agenda una mesa política, una económica (posiblemente con la presencia de Javier González Fraga, presidente del Banco Nación) y una de política internacional. Todavía es un borrador y ya se anticipa un debate caliente en paralelo.
El ala dura (algunos la ven como rupturista) que tiene a Ricardo Alfonsín y Juan Manuel Casella como exponentes, tuvo una reunión también esta semana con fuertes críticas al presidente José Corral y a Ernesto Sanz. Hablaron de posible "extinción" y de su malestar por la falta de medidas progresistas.
Macri ha dicho que no llegó al gobierno de la mano de una coalición sino de una alianza. Para calmar los ánimos, en una cena en enero , prometió una mesa formal para dialogar (ver foto). Parece que algunos ya no lo esperan. Es la postura de otro sector de la UCR que se presenta como una línea intermedia entre los plenamente identificados con el Gobierno y los rupturistas. No quieren irse pero amenazan con recuperar "independencia" y quedar liberados para votar en el Congreso con el PRO sólo cuando las iniciativas no contradigan sus convicciones partidarias.
No es la única libertad con la que amenazan. En la Ciudad, y con apoyo bonaerense, trabajarían por la posible candidatura de Martín Lousteau por ECO, sin PASO con el PRO (porque el PRO no la quiere). El embajador argentino en Estados Unidos viene la próxima semana y se quedará en Buenos Aires cinco días. Sería un dolor de cabeza para Cambiemos, que busca ampliar su base y no dividir.
"Hay que fortalecer a Cambiemos y para eso hay que fortalecer a la UCR", reclamaba anoche Federico Storani en La Plata, advirtiendo el cambio de humor social. El intendente de Córdoba, Ramón Mestre, otro hombre fuerte del partido, también pide que se discuta en Villa Giardino el fortalecimiento de la UCR . Como Horacio Rodríguez Larreta con Lousteau, él tendría un problema si el Presidente habilitara el regreso de Luis Juez, desde Ecuador, para sumarse a la pelea electoral.
Las matemáticas no ayudan al centenario partido que pone en juego 19 de las 36 bancas en Diputados. En el PRO en cambio son 13 de las 41 que tienen.
El partido de Macri necesita engrosar su bloque en el Congreso para no tener que negociar con el Frente Renovador de Sergio Massa, con el Bloque Justicialista de Diego Bossio o con algunos ex kirchneristas. Una parte del radicalismo quiere que este año sí sienten a negociar con ellos.
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