Nada como una desmentida de De Vido para saber que vamos por el camino de la credibilidad

Cuesta recordar, en la historia reciente, un ministro de Planificación más ineficaz que Julio De Vido. Lleva 12 años en su cargo y, pese a los fondos que dispuso gracias al esfuerzo de los argentinos y a los precios favorables de la soja, la infraestructura de la Argentina es deficitaria por donde se la mire. Bajo su gestión, el país pasó de ser exportador de petróleo a destrozar la balanza comercial con la importación de combustible.

Seguimos teniendo cortes de luz en verano y falta de gas en invierno. El estado de las rutas continúa siendo deplorable a lo largo de nuestra geografía y la situación calamitosa de los trenes urbanos condujo a la tragedia de Once.

Pero no es la mala praxis de De Vido la que hoy nos ocupa. Nos llama la atención su obsesión por desmentir las noticias desfavorables que se refieren a su área en términos agresivos. Y sobre todo cuando son ciertas. El Cronista publicó el viernes las subas de hasta 700% que vienen recibiendo los usuarios de gas, debido a los cambios aplicados en 2014 para comenzar a desmontar la maraña de subsidios.

Y el ministro salió a desmentirlo con agravios, diciendo que no había nuevos aumentos pero admitiendo que las subas eran por las modificaciones del año anterior. Exactamente como lo señaló este diario. Desde el viernes, cientos de mensajes llegaron a nuestra redacción contándonos sobre las subas astronómicas que recibieron en sus facturas similares a las publicadas. Ya se sabe. Nada como una buena desmentida de De Vido como para que un medio de comunicación pueda sentirse confiado de estar transitando el sendero de la credibilidad.

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