Lo más importante de Davos

Adivine cuál es el tema que más atención está teniendo en el Foro Económico Mundial que concluye hoy en Davos. ¿La cuarta revolución industrial? ¿El mundo con Donald Trump? ¿El rol de China? ¿El cambio climático?
Ninguno de esos.

"Si hubo un tema que dominó hasta ahora las discusiones en Davos, es la desigualdad". Eso afirma alguien que está bien empapado de lo que sucede en el Foro. Se trata de Stephanie Thomson, la editora de la página oficial de la institución.

Lo que más repercusión tuvo al respecto fue el informe de la ong Oxfam que expuso que las ocho personas más ricas del mundo tienen tanta riqueza como la mitad de la población más pobre.

Ese informe, que está publicado en la página oficial del Foro, actualiza el dato que esa misma ong había difundido hace unos años, y que fuera citado por la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, en una conferencia en Londres en 2014: "Si tomamos a las 85 personas más ricas del mundo que caben en un ómnibus de dos pisos suman lo mismo que la mitad más pobre de la población, o sea 3.500 millones de personas".

El recálculo de Oxfam acentuó la ya abismal desigualdad reduciendo de 85 a 8 el número de personas con fortunas equivalentes a la mitad más pobre. De un micro con dos pisos se pasó a una combi (con chofer, por supuesto).

Pero el impactante dato de Oxfam no fue lo único que sucedió en referencia a la desigualdad. Anteayer le preguntaron a Lagarde: "Madame, usted vino aquí a Davos en 2013 y en el discurso de apertura advirtió acerca de la desigualdad. Hasta ahora no le prestaron mucha atención". Ella respondió: "No se por qué la gente no escuchó. Si se que muchos reaccionaron mal, en particular economistas que dijeron que no era asunto de ellos preocuparse por esa cuestión".

Y agregó: "Que sigan sin atender a lo que dije en 2013, si quieren. Pero si reciben la respuesta de los votantes, deberían repensar el asunto".

Hubo mucho más sobre desigualdad. El director del departamento de investigaciones del FMI, Jonathan Ostry, escribió para el Foro un artículo titulado Para salvar la globalización, sus beneficios deben repartirse mejor, en el que apunta como principal causa de la creciente desigualdad a los flujos financieros. Señala que "entre los hacedores de políticas hay una creciente aceptación a utilizar los controles de capital para restringir los flujos externos que son vistos como causantes de crisis financieras".

Se explayó con una frase que deberían atender los ministros Nicolás Dujovne (ocupado en Davos de otras cuestiones) y Luis Caputo, que acaban de levantar los pocos controles que había al ingreso de fondos externos: "Los controles de capital son la mejor opción cuando el endeudamiento externo es la causa de un boom crediticio insostenible".

Además, Ostry sostiene que "en lo inmediato hay que ampliar la redistribución. Lo que puede lograrse con una combinación de aumentos de impuestos (más progresividad en los gravámenes al ingreso y mayor gravitación de los impuestos a la riqueza y a las propiedades) y con programas de ayuda a los perdedores de la globalización".

Ideas nada extravagantes para que anote Dujovne, que tiene a su cargo la elaboración de una reforma tributaria.
También debería tomar nota de lo que respondieron muy reputados economistas convocados por el Foro a la pregunta sobre lo primero que harían para que el mundo fuera más justo.

En el mismo sentido que Ostry, el presidente de Eurasia Group, Ian Bremmer, contestó que "comenzaría por gravar las transacciones financieras, en particular los flujos internacionales de capital".
Kenneth Rogoff, actual profesor en la Universidad de Harvard y ex funcionario del FMI, dijo que promovería la redistribución "a través de impuestos y transferencias".

Diana Farell, presidente del Instituto JPMorgan-Chase, es crítica del abordaje de Rogoff. Respondió que el objetivo de la inclusión social no debe limitarse "a la redistribución ex post de las ganancias económicas", sino que debe "asegurarse que la globalización tenga el suficiente apoyo de la sociedad como para continuar". ¿Una referencia al malestar social que incubó el Brexit y el triunfo de Trump?

Robert J. Shiller, premio Nobel de Economía en 2013, planteó establecer un mecanismo que de manera automática incremente la progresividad del impuesto al Ingreso cuando se registre un aumento en la desigualdad. Lo denominó como un "seguro contra la desigualdad".

Diane Coyle, profesora de la Universidad de Manchester y vicepresidenta de la BBC Trust, dijo que "le pagaría a los maestros de las escuelas de las comunidades pobres salarios lo suficientemente altos como para que los mejores quieran ese puesto".

Mientras eso sucedía en la lujosísima Davos, se conoció ayer que el multimillonario estadounidense Bruce Makowsky puso en venta su mansión ubicada en Los Angeles a un precio de u$s 250 millones. Cuenta con doce habitaciones, veintiún baños, tres cocinas, pistas de bowling, teatro, e incluye el helicóptero, una colección de automóviles y motos valuada en u$s 30 millones, 130 obras de arte, y el sueldo pago por dos años de los siete empleados que allí trabajan.

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