El modelo Macri empieza a tomar forma y también la oposición muestra sus cartas

En esta semana comenzó a quedar delineado el mapa político de la Argentina que viene. Mauricio Macri definió a casi todo su gabinete. Priorizó a los profesionales (economistas, empresarios, ingenieros) por sobre los dirigentes políticos. Y a su partido (el PRO) y a la UCR por sobre cualquier otra alianza novedosa. La presencia del kirchnerista Lino Barañao en Ciencia es el escudo para bloquear cualquier crítica que lo acuse de desvalorizar la década K.


La frutilla del postre sería que Isela Costantini, la presidenta de General Motors que fue elegida CEO del año por sus pares en la encuesta de El Cronista hace apenas dos semanas, vuelva de Brasil este fin de semana con el sí para hacerse cargo de Aerolíneas Argentinas. ¿Qué mejor que la mujer más exitosa de la Argentina en el universo masculino de los negocios para encarar la modernización de una compañía estatal compleja y fuertemente deficitaria?


Claro que, además del futuro gobierno, también comenzó a definirse el mapa de la oposición. La bullanguera sesión de ayer en el Congreso mostró al kirchnerismo más resistente junto a la izquierda light de Víctor De Gennaro, Claudio Lozano y Victoria Donda junto al troskismo como acompañantes de un sector numeroso que se va a refugiar en el marketing de la refriega gremial y la protesta. Para ellos la referencia política inevitable será Cristina.


Al resto del peronismo le quedará la misión de rescatarlo de la épica demodé de la confrontación. Juan Manuel Urtubey, Florencio Randazzo, sobre todo, Sergio Massa, serán los encargados de apostar a una transformación del movimiento que lo vuelva a poner en condiciones del éxito electoral en 2017.

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