El abismo energético entre Europa y los EE.UU.

Aunque Karel De Gucht está a punto de finalizar su gestión de Comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), aprovechó su reciente visita a Estados Unidos para formular una seria advertencia. Dijo que Bruselas sólo podrá negociar las sustantivas divergencias identificadas en el proyecto bilateral de Asociación Transatlántica sobre Comercio e Inversión, si Washington se compromete previamente a crear un marco legal que permita acceder con normalidad al abastecimiento de petróleo y gas estadounidense, lo que supone desactivar el antiguo cepo que impide la exportación de esos productos. Con esa movida De Gucht dejó en el aire una flor de papa caliente. Las nuevas autoridades de la Comisión heredarán el temita dentro de un mandato plagado por la incertidumbre, las reyertas nacionalistas y separatistas, la persistente crisis socio-económica, visibles amenazas energéticas y los gravísimos enfrentamientos con Rusia y Medio Oriente.
El Presidente Barack Obama no la tiene mejor. Todavía no sabe si el Congreso aprobará el mecanismo legislativo que necesita para ratificar los acuerdos internacionales que negocia su administración, o si deberá seguir ejerciendo sus funciones en estado de confinamiento presupuestario y operativo. Por ahora la Casa Blanca no puede garantizarle a nadie la simple ratificación o rechazo parlamentario, a libro cerrado, de los mega acuerdos que trata de armar con 39 naciones del Atlántico y el Pacífico.
Ese escenario es muy importante por dos razones. Primero, a diferencia de los principales acuerdos de libre comercio suscriptos hasta ahora por Estados Unidos, el proyecto Transatlántico no contemplaría, por presuntas razones competitivas y estratégicas, disposiciones para esquivar en bloque, o caso por caso, el antiguo cepo a las exportaciones de gas y petróleo. Segundo, cualquiera sea el motivo real que guía a Bruselas a plantear esa condición, es evidente que sus autoridades no están jugando. La crisis de Ucrania, sus posibles derivaciones y la dependencia energética del Viejo Continente respecto del petróleo y el gas rusos, están a la vista. El Kremlin no se privará de usar la palanca energética para tener agarrados de las pestañas a vecinos y clientes.
Al parecer, el embajador Michael Froman, titular del USTR, dejó preocupado a su colega De Gucht cuando le aconsejó volcar los esfuerzos del Viejo Continente hacia la explotación de sus propios yacimientos de shale-gas y petróleo, como si ignorase que el lobby ambientalista y la clase política de esa región ven al fracking como una tecnología discutible, sujeta a elevados riesgos sísmicos y contaminantes. Polonia hizo un breve intento de frackeo y tiró la toalla. Esta clase de discrepancias explica muchos de los sucesivos empantanamientos de la agenda sustantiva de la negociación. En ella no se espera el replanteo de las políticas de salud, ambientales, protección al consumidor o compras del sector público de Estados provinciales y municipios. Las industrias culturales son tabú. El Buy America y la armonización financiera no parecen viables. El transporte marítimo no está en la mesa (Jones Act). En suma, las trabas sanitarias y ambientales sólo quedarían sujetas a mecanismos de consulta, facilitación o equivalencia, nunca al cambio de las reglas existentes (nadie imagina cómo se puede corregir una prohibición de importar carnes con hormonas, o normalizar el comercio de productos de la ingeniería genética como la soja o el maíz, con sólo discutir procedimientos). Si además avanzaran las propuestas sobre disputas inversor-Estado y sobre la violación de privacidad de datos (Google, NSA, etc), éstas pueden llegar con certificado de defunción al Parlamento Europeo. Y, si a pesar de todos esos detalles se lograse parir un texto común, habrá que cursar un postgrado de alta gama para distinguir las demencias proteccionistas que serán escondidas en el futuro tratado. Lo peor es que el humo blanco debería emerger sí o sí el año que viene, antes de que comiencen los preparativos para elegir al nuevo Presidente de los Estados Unidos.
Noticias de tu interés