Inauguró Turner: qué hay que saber para disfrutar la muestra del año

Ya se pueden ver las 85 acuarelas del maestro inglés del paisaje en el Museo de Bellas Artes. Clase Ejecutiva acerca cinco claves para no perderse ningún detalle. 

Ya sea por el carácter histórico de las 85 acuarelas, la importancia de una muestra realizada en conjunto entre el Museo Nacional de Bellas Artes y la Tate Collection de Londres o la polémica disparada por la decisión de la secretaría de Cultura de cobrar una entrada de 100 para poder recorrer la exhibición, “J. M. W. Turner. Acuarelas se impuso como la muestra más esperada del calendario porteño. Finalmente, tras dos años de iniciadas las conversaciones entre las instituciones, abrió al público el miércoles por la noche.

La fila de personas que aguardaba para ingresar al se extendía hasta la esquina de la avenida Pueyrredón. Encima de ellos, sobre las paredes rosa ladrillo se proyectaban frases como “La cultura no se achica , una medida de protesta encabezada por trabajadores del ámbito cultural de la Nación que rechazan la degradación del ministerio de Cultura a secretaría, entre otros puntos.

La pre-inauguración con autoridades nacionales y de ambos museos se había llevado a cabo el lunes por la noche. Estaba previsto que se realizase el martes 25 de septiembre, pero el paro convocado por la CGT y la CTA y el viaje ya planificado de los curadores ingleses a Chile, donde se mostrarán las acuarelas tras concluir el paso por Buenos Aires, obligó a adelantarla.

Desde el miércoles por la noche, las acuarelas de Turner pueden visitarse por el público general. Clase Ejecutiva acerca cinco claves para comenzar a comprender la obra del artista inglés, las medidas de seguridad que la rodean y por qué quedó envuelta en una polémica económica.

Penumbra

La baja iluminación de la sala de exposiciones temporarias del museo se asemeja a las atmósferas que consigue Turner en sus obras, pero no fue pensada por los curadores con ese sentido. Por convención, todas las obras realizadas en papel, como el caso de las acuarelas, solo pueden exponerse a una intensidad de luz máxima de 50 lx. Durante el montaje, al que tuvo acceso Clase Ejecutiva, los montajistas explicaron que las obras de arte, similar al cuerpo humano, soportan cierta cantidad de luz por año. Cumplida esa cuota vuelven a la reserva hasta el año siguiente en total oscuridad.

Montaje de Turner. Foto: Antonio Pinta.
Cronología de una evolución

David Blayney Brown, de la Tate, fue el curador de la exhibición. Pensó la muestra de forma cronológica y temática para acercar al público la evolución de la técnica y el estilo de Turner en relación a la acuarela. “Realiza un movimiento en su trabajo, en el que pasa de la oscuridad a la luz, a tonalidades cada vez más brillantes , afirma durante una recorrida con la prensa.  Los seis núcleos en los que se organiza son: la obra temprana –realizada a fines del siglo XVIII–, los paisajes ingleses de 1805 a 1815, su producción como artista viajero entre 1815 y 1830, las experimentaciones de luz y color, y sus trabajos de madurez –creados en las décadas de 1830 y 1840–, con las obras más tardías, de tormentas y naufragios, realizadas en sus últimas dos visitas al norte de Francia, en 1845.

Foto: prensa MNBA
Del objeto a la luz

En las obras que abren la exhibición se pueden ver las acuarelas donde recrea en detalle escenas cotidianas, como el día después del incendio en el Panteón de Londres. Tenía apenas 17 años cuando realizó esta obra donde primero dibujó a mano alzada el edificio y lo completó con acuarelas. De apoco se aleja de este tipo de trabajos topográficos para enfocarse en el paisaje. Admira los paisajes clásicos del siglo XVIII donde se combinaban naturalismo e idealismo. De a poco la arquitectura y los objetos desaparecen, a la par que presta especial atención en cómo representar la luz. Para el final del recorrido de esta muestra las figuras desparecieron, pero los efectos de la acuarela, una técnica que se prestaba a la perfección para las investigaciones de Turner, permiten aún divisar una difusa composición paisajista aunque el interés del artista habían sido las atmósferas.

Foto: prensa MNBA
El artista viajero

Turner pasó parte de su primera juventud recorriendo las zonas rurales de Gran Bretaña impedido de trasladarse al continente europeo donde se desataban las guerras napoleónicas. Allí, durante el verano, realiza bocetos rápidos que luego trabaja con mayor detenimiento durante el invierno.  Esta forma de trabajo la mantendrá a lo largo de toda su vida. Finalizados los conflictos bélicos, para 1815 ya se dedica a recorrer Europa. Pasa por Italia, parada obligada para todo artista de su época, y se fascina con los lagos del sur de Suiza. En 1817 visita Holanda y Bélgica para ver con sus propios ojos los efectos de la guerra de Waterloo en el lugar. Pese a su espíritu viajero, siempre regresa a Londres, donde a mediana edad es un respetado artista.

Foto: prensa MNBA

 

La polémica por la entrada

Unos días antes de que “J. M. W. Turner. Acuarelas abriese al público se conoció la resolución de la secretaría de Cultura donde se formalizaba el cobro de una entrada con un valor de $100 para todos los visitantes a la muestra (los no residentes ahora pasarán a abonar una entrada del mismo valor para el ingreso al museo en general, que incluye la exhibición temporaria). Los trabajadores del museo agrupados en el gremio ATE pusieron el grito en el cielo y parte de la opinión pública se manifestó en contra. No obstante, tal como lo estipula una ley de 1967 respecto a las tarifas en los museos, los martes el ingreso será gratuito para el público en general, en tanto que jubilados, menores y estudiantes pueden recorrerla de forma gratuita acreditando su condición en boletería.

Foto: prensa MNBA
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