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Cómo diversificar el portfolio de inversiones para ganar en 2023: qué tener en cuenta

En un clima internacional incierto, la recomendación que más suena es la de priorizar la renta fija global y armar estrategias de largo plazo. Retornos promedio de 7% con empresas Investment Grade.

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Repartir los riesgos debería ser la máxima de todo inversor. Claro que, si ese inversor está en la Argentina, más que una máxima es casi una regla básica de supervivencia.

Vivir en la Argentina, cobrar en pesos, estar expuestos todos los días a los efectos de la inflación, la devaluación de la moneda y las mil y una regulaciones que rigen sobre la economía local es ya suficiente riesgo. No es necesario potenciarlo teniendo el total de nuestras inversiones en activos locales.

Esta premisa puede chocar hoy, en el análisis de algunos inversores no profesionales, con el hecho de que el mundo está bastante convulsionado y los activos globales se encaminan a cerrar un 2022 olvidable. Sin embargo, los riesgos son diferentes, y poner un pie en otros rincones del mundo siempre será una sana medida de diversificación. Eso sí, lo que debe primar es la cautela.

"El escenario actual se encuentra marcado por una fuerte volatilidad que está afectando a todos los mercados internacionales. A las tensiones geopolíticas se le suman la desaceleración que viene mostrando China y la inflación que continúa azotando a nivel global", sintetiza Daiana Olivera, estratega de Cohen Aliados Financieros.

"En un escenario con mucha incertidumbre los activos que mejor responderán son aquellos mas conservadores: Bonos del Tesoro de los Estados Unidos de corta duración en primer lugar y en segundo los índices de acciones de valor (value)", analiza Santiago Abdala, director de PPI.

La situación económica de los Estados Unidos puede modificar el atractivo de algunas inversiones.

En igual sentido, Pablo Repetto head de Research de Aurum, resalta que toda estrategia de inversión debe incorporar el riesgo de corto plazo. "No somos propensos a sugerir una cartera de administración pasiva".

"Creemos más adecuado -dice el ejecutivo de Aurum- empezar posicionándose en activos del Tesoro norteamericano de muy corto plazo, como letras y bonos que no van más allá de un año, y después en la medida en que la situación estanflacionaria (estancamiento económico con inflación) de Estados Unidos vaya cediendo ir rotando hacia posiciones algo más agresivas". "Un movimiento hacia acciones norteamericanas de sectores energéticos, financieros y utilities", puntea Repetto.

Juan Miguel Salerno, partner y chief investment officer Argentina en Compass, sigue la misma línea de análisis que sus colegas. "Creemos que el mercado está en una etapa de depuración de las inyecciones de liquidez del 2020/21 y digiriendo la suba de tasas de los Bancos Centrales. Después de un 2022 con fuertes correcciones creemos que en el mediano plazo los bonos de buena calidad de crédito en Estados Unidos y algunos sectores del mercado accionario pueden tener recorrido al estabilizarse la estructura temporal de tasas de interés", analiza

Diego Martínez Burzaco, head de Research de Inviu, pone la mirada también en el atractivo de la renta fija corporativa global para inversores de mediano/ largo plazo. "Hay empresas con grado de inversión de Estados Unidos que rinden entre 6/7 por ciento anual, son de las empresas más seguras del mundo y creemos que en el ciclo económico donde se encuentra el mundo, estos bonos son una buena oportunidad desde el punto de vista riesgo/retorno, porque estas tasas no se veían desde hacía muchos años".

Para inversores de largo plazo el ejecutivo recomienda aprovechar este momento para empezar a construir parte de su portafolio con bonos que tienen retornos importantes y cupones interesantes. Más allá de sugerencias particulares, hace zoom sobre los ETF -Exchange Trade Fund- de bonos. Por un lado el "LQD" que es el fondo que reúne a los bonos Investment Grade de Estados Unidos y por otro el "IEI" que está compuesto por bonos del Tesoro.

Algunos índices, como el S&P500 y Nasdaq acumulan caídas del 20 y 30%, respectivamente.

"Es de esperar que esta incertidumbre (en la economía mundial) en algún momento disminuya. Hoy el mercado se debate entre un escenario de recesión americana suave o una más extensa de difícil recuperación (hard landing). Una de las principales diferencias radica en que una recesión más dura vendría acompañada de una baja de tipos de interés más rápida y eso arroja una ventaja sobre los bonos del Tesoro más largos", postula Abdala de PPI y deja un par de highlights para el inversor: "Si estamos, como se presume, llegando a un nivel de tasas americanas cercano al techo, podría ser estratégico ir aumentando un poco la duración de las carteras de bonos".

"Entrando en estos niveles en bonos investment grade americanos se podría conseguir un retorno por intereses cercano al 7 por ciento anual en carteras a 5-6 años. Si por sobre eso buscáramos agregar acciones podríamos superar ese rendimiento, pero siempre atado a la volatilidad del caso", cuantifica.

Para inversores que le escapan a la adrenalina, los bonos del Tesoro norteamericano son siempre un refugio. "Estamos viendo tasas al alza que para perfiles conservadores son oportunidades de inversión", dice Nicolás Galarza, CEO y fundador de Quiena Inversiones. "La cuenta remunerada (algo muy similar a los fondos Money Market) es un servicio que damos a nuestros clientes que hoy puede estar rindiendo el 2, 2,5 hasta 3 por ciento anual libre de riesgo. Son una alternativa para los perfiles más conservadores que quieren salir del peso, estar dolarizados y al mismo tiempo generar un rendimiento diario o mensual sobre esos fondos", remarca Galarza.

Acciones

En cuanto a la renta variable extranjera (acciones), un modo accesible para invertir desde la Argentina y con pesos que se dolarizan al tipo de cambio bursátil son los CEDEARs (Certificados de Depósitos Argentinos). En la actualidad hay cerca de 300 alternativas entre acciones y ETFs de empresas de Estados Unidos, Brasil y China, entre otros. La aceptación por parte de los inversores es rotunda. Según datos aportados por ByMA, la Bolsa argentina que a través de su plataforma integra toda la operatoria del Mercado de Capitales, en promedio se negocian a diario $5234 millones en CEDEARs, (datos del último trimestre), lo que significa un aumento del 102 por ciento con respecto al mismo período del año anterior.

"En lo que va del año, los principales índices como el S&P500 o el Nasdaq acumulan caídas de casi 20 por ciento y 30 por ciento, respectivamente. Esto da momentum de entrada para firmas de importante capitalización que proyectan sólidos balances pero que continúan viéndose golpeadas por el escenario inflacionario actual", analiza Olivera, de Cohen Aliados Financieros.

Los CEDEARs son instrumentos que tienen como activos subyacentes a acciones de distintas compañías extranjeras o de diversos índices y pueden adquirirse tanto en moneda local como en dólares. "No solo permite diversificar el riesgo, sino que, dado el arbitraje de precios entre los diferentes mercados en los cuales se negocian los activos subyacentes de los Cedears -aportan en ByMA- el precio en pesos refleja los diferenciales de tipo de cambio brindando cierta cobertura ante variaciones de la moneda doméstica contra el dólar". En lo que va del 2022, y para el acumulado enero-octubre, se observa que el 75 por ciento es operado por personas jurídicas y el 25 por ciento por personas físicas.

"Los inversores que se encuentren en posición de tolerar volatilidad en el corto plazo pueden verse favorecidos por el rally alcista que varias de las firmas puedan llegar a generar pasado el escenario adverso actual", dice la analista y deja una sugerencia para quienes miran a largo plazo: carteras compuestas por CEDEARs focalizadas en distintos tipos de empresas y sectores.

"Una de ellas es nuestra cartera Q- High Quality que se basa en representar a sólidas empresas de alta capitalización con ratios atractivos entre las que se destacan Microsoft, Apple, Alphabet y Visa, entre otras". Dada su alta ponderación de compañías growth, es decir firmas que representan su valor actual en base a su alta tasa de crecimiento esperada, la cartera retrocede un 30,7 por ciento en lo que va del año en línea con la caída del índice Nasdaq. Sin embargo, esa selección de compañías había avanzado un 32,1 por ciento durante el 2021, un 72 por ciento en el 2020 y un 45 por ciento en el 2019".

"De cara a los próximos años se puede esperar un retorno promedio en dólares en torno al 10 a 20 por ciento anual, lo que ante una desaceleración de la inflación termina resultando en rendimientos reales atractivos".

Para los más conservadores, Olivera sugiere sectores como salud o consumo. "Estos registran un menor retorno de mediano a largo plazo pero otorgando una mayor estabilidad, lo que se vuelve más atractivo en escenarios contractivos como el actual"

"Por el lado de la renta variable, hay que ser muy selectivos. Vemos oportunidades en compañías globales con sesgo a calidad", advierte Salerno, de Compass. Arma su canasta de recomendados para moderados con compañías que generan ganancias y dividendos sostenibles. "Este tipo de empresas deben ser parte fundamental del portafolio", dice el ejecutivo y pone en su lista a Johnson & Johnson, Walmart, Microsoft y Google.

Poner un pie en otros rincones del mundo siempre será una sana medida de diversificación.

Martínez Burzaco, de Inviu, pone el detector de oportunidades en modo on y aunque aclara en primer lugar que es muy difícil determinar si lo peor ya pasó o aún queda recorrido bajista, sostiene que "una estrategia bastante asertiva es ir comprando de a pocas acciones del mercado norteamericano, que nos gusta más que el europeo dentro de los desarrollados, y también de Brasil"

El mecanismo que sugiere para tomar posiciones diversificadas es hacerlo a través de los ETFs - Exchange Traded Fund- de los cuales algunos están disponibles en la Argentina a través de Cedears. Sus favoritos para inversores de largo plazo en este momento son el SPY, el ETF del índice S&P500 y el EWZ que sigue las acciones brasileñas. Se puede acceder desde Argentina a través de Cedears y con pesos.

El ETF del S&P500 -SPY- es el más operado, tanto para el último trimestre (agosto-octubre), como durante todo octubre y representa casi dos tercios del total operado de estos Cedears de fondos, de acuerdo a datos de ByMA. El segundo y tercer puesto en volumen correspondió a DIA -el ETF del Dow Jones Industrial Average- y el QQQ -el ETF del Nasdaq 100.

¿Cómo invertir en el exterior -sea en renta fija o renta variable- de modo directo? Una alternativa es teniendo una cuenta bancaria off shore (que vale aclarar que off shore no es equivalente a dinero no declarado) y desde ahí operar a través de algún broker internacional o recurrir al servicio que varias sociedades de Bolsa locales o plataformas de inversión ofrecen para facilitar. En general se ocupan de la gestión de poner los dólares en el exterior para comenzar a invertir desde Wall Street y también armar estrategias y sugerencias para sus clientes.

Desde Quiena, Galarza recomienda para perfiles moderados que busquen rendimientos por encima de la inflación global "armar un portafolio bien diversificado que tenga acciones, bonos de todo el mundo, bienes raíces y commodities como oro, petróleo y gas". "Para este perfil de inversión moderado y de largo plazo, tenemos el portafolio de Quiena Automática. Si, en cambio, el inversor quiere utilizar el dinero mes a mes o trimestre a trimestre, lo que puede hacer es armar una cartera que se enfoque en generar dividendos mensuales que los reciben en dólares en su cuenta en Estados Unidos".

Mixear

Finalmente, para inversores de largo plazo y tolerancia a asumir riesgo, los bonos soberanos argentinos pueden ser una opción. "En la medida que se quiera ir generando un flujo positivo de más corto plazo algunos bonos y obligaciones negociables argentinas ofrecen un muy interesante perfil de riesgo retorno ", dice Repetto, de Aurum.

Si al portfolio se le agregan los riesgos argentinos, la rentabilidad puede elevarse considerablemente.

"Si en la estrategia de inversión hubiera lugar para los activos argentinos, los bonos soberanos en dólares parecen una alternativa muy prometedora con una paridad promedio hoy por debajo de los 25 centavos de dólar", dice Santiago Abdala, director de PPI.

"Aquí aun dentro de un escenario de reestructuración en 2024 que fuera menos amigable que el último, los bonos arrojan retornos más que interesantes", analiza Abdala y deja picando una idea más: "Si por último estuviéramos ante un inversor todo terreno que también aceptara el riesgo de acciones argentinas, allí el sector energético parece el más atractivo descartando el sector financiero que probablemente tenga por delante más volatilidad".

Puesto a hacer cálculos, Salerno, de Compass, estima que "en el caso de inversiones fuera de Argentina creemos que un 7-8 por ciento en dólares es un objetivo posible de mediano plazo, bajo condiciones normales de mercado. En el caso de agregar riesgos argentinos como bonos corporativos esta rentabilidad se eleva considerablemente pero así también el riesgo asociado".

"Si la posición es totalmente externa, una cartera conservadora podría ofrecer un rendimiento del 4/5 por ciento anual buscando mantener el capital invertido. En un esquema mixto, con mayor riesgo, el rendimiento podría apuntar al 8 por ciento", dice Repetto puesto a calcular la rentabilidad probable de una cartera de inversión pensada para el mediano y largo plazo.

La versión original de esta nota se publicó en el número 347 de revista Apertura.

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