Los planes de las bodegas exportadoras para aprovechar la devaluación

Peñaflor, Catena, Zuccardi y Trivento lideran a la 480 firmas que venden vino argentino en el exterior. Proyectan crecer 10% en los mercados externos gracias a tener más margen para promocionar sus productos. Pero aclaran que, para que el país dé un salto, hace falta apoyo estatal y la eliminación de aranceles

El vino argentino tiene un horizonte más promisorio en el exterior este año. La devaluación mejoró la competitividad del sector, muy golpeada por la alta inflación y por cierta estabilidad previa del dólar. Desde octubre, las ventas repuntan y las mayores exportadoras prevén crecer más de 10% este año, si bien destacan que hay muchos aspectos por mejorar.

En 2018, 480 bodegas vendieron a 135 países vinos en botella: 19,38 millones de cajas de 9 litros, 4% menos que en 2017, por u$s 753,65 millones FOB (similar dinero), según datos de Invex. Si bien el mercado está muy atomizado, pocas bodegas aportan gran parte de las ventas externas: las dos primeras, el 42,6% de los litros y el 39,8% del dinero.

El líder indiscutido es el Grupo Peñaflor, dueño de Trapiche, Finca Las Moras, Navarro Correas y El Esteco, que en 2018 vendió 5,66 millones de cajas de 9 litros (+8% contra 2017), por u$s 174,25 millones FOB (+14%); su marca más vendida fuera es Trapiche Oak Cask, también la etiqueta argentina más exportada. Le sigue Grupo Catena, que reúne varias bodegas, como Catena Zapata y Esmeralda, con 2,6 millones de cajas y u$s 126,2 millones FOB.

Del 3º al 5º puesto, se ubican Familia Zuccardi (con Santa Julia y Zuccardi como marcas más vendidas); Trivento (de la chilena Concha y Toro, con Trivento Reserve Malbec como más exportada) y Norton (familia Langes Swarovski). Las cinco, juntas, aportan 54,6% de las ventas en botella y 51,4% del valor.

Si bien las expectativas son buenas por la devaluación, abrir mercados y mantenerlos lleva tiempo, pero ahora hay mejor margen para hacer promoción con distribuidores, según destacan Francisco Do Pico, director de Relaciones Institucionales de Grupo Peñaflor; José Alberto Zuccardi, gerente general de Familia Zuccardi; y Santiago Ribisich, gerente general de Trivento. Si se sostiene a mediano plazo, podrían volver a exportarse vinos de menor gama, que dejaron mercados al no ser rentables, aclaran.

"Las exportaciones de Peñaflor crecen año tras año. Ahora, por el tipo de cambio, hay mejor margen. Pero todavía la Argentina está complicada para competir en segmentos de menor precio. El país exporta a un promedio de u$s 10 la botella en góndola, pero el 70% de lo que se vende en el mundo cuesta u$s 6,50", destaca Do Pico, del Grupo Peñaflor, que exporta un tercio de su producción y espera acercarse, este año, a los u$s 200 millones FOB .

Zuccardi, que exporta el 60% de su bodega, coincide y agrega: "El mercado global es muy competitivo; no se entra y sale automáticamente, hay que construir marca y mantener la presencia, con intensa promoción. Ser competitivo no implica bajar precio, sino tener presupuesto para promover marcas en los mercados", destaca. "Nosotros mejoramos nuestro mix, con mayor gama, y apuntamos a una mejora cualitativa de nuestra oferta", comenta.

Ribisich, de Trivento, que vende fuera el 75%, apunta que "instalar una marca lleva tiempo; la devaluación permite volver a exportar vinos de menor precio, pero también hacer promociones en los mercados". Estimaba crecer 10%, pero, tras el primer trimestre, prevé superarlo.

Do Pico y Zuccardi coinciden, además, en que la Argentina está en desventaja frente a otros países exportadores, tanto por el dinero que aporta el Estado para promoción como por los aranceles para ingresar a mercados como México, China o Japón, que encarecen los precios en góndola de los exponentes locales.

"La Argentina podría crecer 5% en volumen este año. Pero para que el crecimiento sea sustentable, es importante reforzar la promoción del vino argentino como categoría. Es el país que menos invierte en promoción externa y uno de los más afectados por aranceles. En China, México, Japón y Europa son altos y operan como barrera de entrada para los segmentos más bajos. La Argentina deja u$s 25 millones en aduanas del mundo, pero más pierde en oportunidades", aclara Do Pico. "A nivel cualitativo, la Argentina nunca tuvo mejores vinos; pero se necesita también más apoyo del Estado en promoción y acuerdos comerciales para mejorar la competitividad. Con el vino se promueve marca país, los frutos se cosechan no sólo en vino, sino en imagen país y derrama en otros productos", dice Zuccardi.

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