Crisis gastronómica

Dueños de bares y restaurantes presentarán amparos contra las restricciones de Alberto

Empresarios del sector repudiaron las nuevas medidas y advirtieron: "Sin la ayuda del Gobierno, nos caemos todos". Elevaron más pedidos al Estado y marcharon a Olivos. Estiman que se perderán 20.000 comercios y 250.000 puestos de trabajo

"Estamos en el Titanic yendo directo contra el iceberg. El Estado restringe y mira para otro lado. Lleva al matadero a miles de empresas. La venta nos cayó inmediatamente después de conocerse las medidas. Hay que seguir pagando todo sin caja. No se resiste ni un día más. Estamos así desde marzo de 2020. Es insostenible", se queja uno de los empresarios gastronómicos más conocidos de la Argentina en el chat de WhatsApp que comparte con sus pares. 

La historia se repite. Pero, esta vez, es peor. A más de un año del comienzo de la pandemia, el panorama es dramático. Tras las restricciones que el Gobierno anunció este miércoles para contener la segunda ola del coronavirus, el sector presentará amparos contra el decreto de Alberto Fernández y anticipa un efecto multiplicador en el número de cierres.

"Haremos un amparo colectivo. Se tomaron medidas unilaterales contra el sector. No entendemos por qué el Gobierno no se sienta a negociar con nosotros. Queremos salir adelante. Pero este no es el camino", declaró Marcelo Boer, socio de La Mar, Mudra Plant Based, Tanta, Hell's Pizza y Bagatelle. 

Boer es uno de los principales portavoces del movimiento "No más sillas al revés", una iniciativa que nació en la cuarentena y se fortaleció como un grupo de lucha que reúne a los dueños de las principales marcas, como Dandy, KentuckyEl Club de la Milanesa, Tostado, Green Eat, Tea Connection y Café Martínez, entre otros.

La semana pasada, referentes de la industria anticiparon el impacto letal que tendría cerrar las puertas de sus locales a las 23 horas. Estimaron que bajarían las persianas de forma definitiva unos 15.000 comercios. La cifra proyectada del derrumbe, ahora, es aún mayor

La prohibición de viajes de egresados detonaría más cierres de agencias de turismo

Advierten que las nuevas limitaciones, que significarán un knock-out fulminante para la actividad, terminarían con 20.000 establecimientos, según datos de "No más sillas al revés". El índice de desempleo también crecería. Se perderían 250.000 puestos de trabajo, versus los 200.000 calculados una semana atrás. Esperan que la facturación de los restaurantes baje más del 70% y que la venta de los bares sea prácticamente nula, ya que el delivery y el take-away no alcanzan para compensar.

Los empresarios nucleados en este movimiento se movilizaron frente a la Quinta de Olivos este jueves a las 10 de la mañana. El miedo es que las restricciones se extiendan más allá del tiempo previsto.

Este jueves marcharon a la residencia presidencial de Olivos

"Buscamos sobrevivir, pero nos castigan. Nos obligan a fundirnos. Es una sentencia de muerte. Están firmando el acta de defunción. La facturación ya se encuentra un 40% abajo en promedio y descenderá todavía más", describió Boer.

Según la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc), entre marzo y diciembre de 2020, cerraron más de 10.000 comercios en el país y se perdieron más de 150.000 fuentes de empleo. En la Ciudad de Buenos Aires, desaparecieron 2500 negocios y 22.000 puestos de trabajo. La baja representa un 20% del rubro.

La convocatoria en la Quinta de Olivos

"Es desesperante. Cada restricción es otro golpe más duro. Muchos ya cayeron al abismo y otros están al borde de caer. La manera de subsistir es trabajando, necesitamos estar abiertos el mayor tiempo posible. Al no poder hacerlo, precisamos compensaciones por parte del Gobierno. Sin su ayuda, nos caemos todos", expresó Daniel Prieto, presidente de la Ahrcc, y agrega que "no se puede dejar al sector librado a su suerte".

Hace unos días, "No más sillas al revés" publicó una petición en la plataforma Change.org, llamada "Hospitalidad en rojo", que alerta sobre el colapso y ya recolectó más de 166.000 firmas. Los pedidos a las autoridades nacionales y porteñas son concisos: la vuelta del ATP, la rebaja del IVA y la exención de Ingresos Brutos hasta fin de año, además de la revisión del horario de funcionamiento.

También, solicitan que haya una reforma impositiva, ya que, aseguran, la carga tributaria es la más pesada de la región. Comparado con Chile, por ejemplo, el costo laboral por empleado es un 70% mayor. A estos reclamos, en las últimas horas se sumaron nuevos, con el apoyo de Ahrcc y Uthgra, el gremio de los trabajadores gastronómicos: créditos a tasa cero, moratoria impositiva y facilidades para el pago de deudas por servicios públicos.

"No más sillas al revés" elevó nuevos pedidos al Gobierno

"El Repro es poco claro y de aprobación arbitraria. La presentación es muy engorrosa, de difícil acceso e incumplible para la mayor parte. Solo el 20% lo recibió. Exige tener el último balance al día, mostrando sí o sí pérdidas. Si se muestra una ganancia, aunque sea del 1%, ya queda excluido. Es una herramienta marketinera que no alcanza. Se necesita una ayuda concreta y real por parte del Estado", exigen en el sector.

"Además de la oferta gastronómica y de cócteles, la experiencia que proponemos se completa visitando la casa donde funciona, una construcción de 1913. Tenemos un tipo de propuesta difícil de trasladar al hogar. Aunque vendemos comida y tragos al vacío, el delivery no nos soluciona nada", dice Ernestina Pais, conductora y dueña del bar Million, de Recoleta, que, luego de 22 años, ahora ofrece también cafetería y pastelería desde las 8 de la mañana.

Según Pais, la facturación bajará más de un 50%, como mínimo. "No ganamos plata. Estamos pagando deudas. Interrumpen nuestro momento más fuerte. Los contagios no se dan en restaurantes con protocolos, sino en reuniones clandestinas, que van a continuar, de la mano de la corrupción. No sirve de nada este cierre", señala, y aclara que por noche, recibe entre 150 y 230 comensales.

Desaparecerían 20.000 comercios y 250.000 puestos laborales

"Me fui a dormir totalmente desanimado y sin decidir qué hacer. Voy a analizar cómo seguir. Mi idea es cerrar los días de semana y abrir sólo los sábados y domingos. Esta semana fue una réplica de lo que pasó un año atrás, con ingresos muy bajos", se lamenta Santiago Olivera, dueño de La Choppería, Sans, Diggs y Lado V.

Hoy, factura un 10% que antes de la pandemia y se resigna a seguir perdiendo. "Por culpa de los que no respetaron las disposiciones, nos perjudicamos todos", reprocha. Ya cerró tres bares reconocidos de Palermo: Bad Toro, Clara y Sheldon. 

"Eran estructuras muy costosas de mantener con gastos fijos elevados y las sostuvimos hasta que pudimos. Nos quedamos con las más económicas, pero a costa de una deuda inmensa que acumulamos", reconoce.

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