Las cápsulas de Marcello

Escuchar un no sé

Voy a escribir esta cápsula y la siguiente volcando algunas ideas sobre la palabra. Hoy les quiero comentar que pienso en general sobre la palabra y los dichos de la gente en su carácter de simples personas, en el decir diario sin jerarquías.

Me parece que antes las personas eran mucho más respetuosas en lo que decían, además del cómo lo decían. Es decir si alguien no tenía nada importante que aportar, mencionar, opinar, se mantenía callado. Podríamos decir que era un mundo más de especialistas o personas mejor educadas porque hablaba el que sabía lo que decía. Hoy asistimos al mundo de los generalistas y del ruido.

Generalistas, porque todos saben de todo y se sienten con conocimientos para hablar y opinar, de hecho muy claro lo tenía "Polémica en el Bar" con Fidel Pintos y más cerca en el tiempo el programa de televisión "peligro sin codificar"cuando nos divertían con "hablemos sin saber " y el famoso y muy gracioso Sr. Natalia-Natalia.

Lo segundo se refiere a que preferimos el ruido al silencio. Parecería que quedarse callado, escuchando no está en el ADN modificado por el mundo moderno. Las personas tenemos una seria dificultad para no decir nada, para el silencio. Lo vemos a diario, cualquiera de nosotros aunque no sepa en realidad nada del tema da su opinión por la simple razón que nos asiste el derecho a decir cualquier cosa.

Se atribuye a Aristóteles haber dicho "Serás amo de tus silencios y esclavo de tus palabras", diría que hoy la gente puede decir casi cualquier cosa o incluso sorprender a un auditorio ignorante sin base, simplemente consultando Wikipedia. Basta con que observemos que pasa cuando a cualquier transeúnte le ponen un micrófono delante, en ese mismo instante ocurre la metamorfosis del especialista o del observador agudo de cualquier fenómeno o tema. Diría que es casi imposible escuchar en estos tiempos un: no sé, no puedo opinar.

Respeto mucho la sabiduría y me gustaba cada vez que iba a una empresa en Quilmes, escuchar atentamente al Sr. Julio que atendía una playa de estacionamiento donde dejaba el auto. Me recomendaba libros apasionantes y me decía frases que aún recuerdo, una de ellas tal vez- ha perdido vigencia por lo que les he contado en mi cápsula, pero la voy a citar porque me encanta y podría ser un buen consejo, incluso a veces para mí: "Si tienes la lengua larga, es mejor que tengas el lomo duro ".

Posiblemente la semana que viene volvamos con la palabra enfocada al daño que produce cuando quien la ejerce lo hace desde un lugar de responsabilidad y poder.