Financial Times: anuncio de Cristina Kirchner sacude elecciones argentinas

La decisión de la ex presidenta de postularse como vicepresidenta es una movida para ganarse a los votantes centristas

Hace tres años, Alberto Fernández acusó a su ex jefa, Cristina Fernández de Kirchner, de "distorsionar la realidad" cuando era presidenta de Argentina. Dijo que el partido peronista al que ambos pertenecen era "patético" por haberse plegado a la voluntad de Fernández.

Ahora sus posibilidades de ser el próximo líder del país podrían depender de si los argentinos creen que el mordaz Fernández es lo suficientemente independiente de la ex presidenta o si creen que se convertirá en su títere.

Cristina Fernández dejó perplejos a los argentinos el sábado al anunciar que Alberto Fernández —un hombre de perfil mucho más bajo que ella y el ex jefe de gabinete de su fallecido esposo y predecesor, Néstor Kirchner— se enfrentaría al presidente Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de octubre, mientras que ella pasaría a un segundo plano y se postularía a la vicepresidencia.

Se espera que los mercados se atemoricen ante la posibilidad de que Alberto Fernández, quien permaneció como jefe de gabinete durante el mandato de Cristina Fernández (sin parentesco) durante apenas unos pocos meses después de que ella sustituyó a su esposo como presidente en 2007, tenga más posibilidades de ganar que la primera mujer presidenta de Argentina.

El reciente regreso de Cristina Fernández a la palestra pública con el lanzamiento el mes pasado de su aclamado libro titulado “Sinceramente , provocó una abrupta liquidación de bonos argentinos.

Ella "ha tomado por sorpresa a todos con una maniobra totalmente inesperada que anula las estrategias de todos los partidos y altera el panorama electoral en medio de una situación ya inestable", dijo Nicholas Watson, director gerente para Latinoamérica de Teneo, una consultoría de riesgos en Londres.

La movida es un reconocimiento por parte de Cristina Fernández de que su marca política por sí sola no era suficiente para ganar las próximas elecciones. Ahora quiere ampliar su atractivo para los votantes conforme se prepara para comparecer ante el tribunal en público por primera vez el martes en el primero de varios juicios por corrupción que enfrenta, éste relacionado con la malversación en proyectos de infraestructura.

Watson dijo que a Alberto Fernández, de 60 años, se lo consideraba un "rostro más aceptable del kirchnerismo" y menos combativo y radical que Cristina Fernández. Se había aliado con peronistas más moderados, como Sergio Massa, para quien fungió como gerente de campaña en las últimas elecciones presidenciales de 2015, después de salir del gobierno de Cristina Fernández. Macri ganó esas elecciones de 2015.

Definitivamente, Cristina Fernández es impopular en Wall Street, del cual el próximo presidente de Argentina dependerá para evitar un éxodo masivo de la deuda externa del país, en medio de temores de que se producirá un impago si ella regresara al poder.

Queda por ver si el inesperado rival de Macri puede persuadir a Massa, quien lo sucedió como jefe de gabinete de Cristina Fernández y ya anunció que se postulará para la presidencia por separado este año, de que se una a su equipo.

Alberto Fernández también tiene la delicada tarea de atraer a más votantes centristas que están hartos de la continua recesión en Argentina y de una de las tasas de inflación más altas del mundo, mientras continúa congeniando con el tercio de los votantes leales a la ex presidenta.

"Soy el mismo Alberto Fernández que elogiaban cuando yo cuestionaba a Cristina y que ahora que me acerco a Cristina me han convertido en un demonio para ellos. Pero no es mi problema. Es un problema de ellos que deben resolver con un psicólogo", dijo Alberto Fernández al periódico local Página 12 el sábado.

"Pasaron nueve años sin vernos, casi 10. Ese tiempo hizo que el reencuentro haya sido un reencuentro donde recuperamos la amistad que habíamos tenido, el afecto, donde saldamos todo lo que nos cuestionamos, lo que nos permite trabajar con mucha confianza el uno con el otro. Me emocionó mucho, mucho, el ofrecimiento de Cristina".

Los argentinos ahora están observando atentamente para ver cómo reaccionará el asediado Macri ante la sorprendente noticia. Algunos sugieren que podría apartarse en favor de un candidato más competitivo.

Algunos funcionarios se apresuraron a desacreditar a Alberto Fernández como esclavo de su tocaya. Uno lo comparó con Héctor Cámpora, el efímero presidente peronista que ganó las elecciones en 1973, pero que simplemente se apartó unos meses más tarde para que Juan Domingo Perón regresara al poder poco antes de morir. Esto llevó finalmente al surgimiento de la infame dictadura militar de 1976 a 1983.

Pero Cristina Fernández, cuya serie de televisión favorita es Game of Thrones, insiste en que ya no ambiciona la presidencia de Argentina. Insistió el sábado en que "nunca estuvo muy interesada en el cargo político".

Sin embargo, a muchos les preocupa que ella sea el poder detrás del trono.

"Pero en Argentina cada vez que se bifurca el poder real del poder institucional, la República se debilita", escribió en un tuit Hernán Lombardi, secretario del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos.

 

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