China se hace fuerte en litio y preocupa a Occidente

El gigante asiático produjo en abril más del 60% del litio del mundo, comparado con menos de 1% proveniente de Estados Unidos

En una fábrica ubicada al lado de un arrozal en las afueras de una pequeña ciudad en el centro de China, se produce uno de los componentes centrales de la economía global moderna.

Dentro de un laberinto de tubos de cemento y acero, la roca extraída en Australia se calienta a 1000º C dentro de una caldera gigante a carbón. Luego se lixivia con ácido, se seca y se purifica en un polvo blanco fino que es lo que transporta la carga dentro de las batería de autos eléctricos. El producto, el carbonato de litio, se vende por más de u$s 11.500 la tonelada y se estima que la demanda global se duplicará para 2023, según Volskwagen.

"Todo esto solía ser campo", contó un empleado joven desde un auto eléctrico de la compañía, un Tesla modelo S negro, mientras se acerca a las puertas de la fábrica.

La ciudad de Xinyu abasteció de litio a la industria china de armas nucleares durante la década de 1960, parte de la iniciativa de Mao Zedong de ubicar al sector en el interior rural del país para el caso de un ataque nuclear. Ahora la ciudad abastece a Tesla, BMW y VW, lo que la convierte en un nodo vital de la cadena de suministro global de autos eléctricos, el equivalente en el siglo XXI de las refinerías, oleoductos y barcos que respaldaban la era de transporte a petróleo, que es lo que eventualmente será reemplazado por las baterías.

En unos pocos años, las compañías chinas se convirtieron en algunos de los mayores productores mundiales de litio, un metal liviano que es componente clave en la fabricación de baterías. Compraron minas ubicadas desde en Australia hasta en Sudamérica y están construyendo plantas en China para fabricar químicos con litio y baterías.

El último ejemplo de la capacidad de China de canalizar abultadas cantidades de capital hacia las industrias de rápido crecimiento, el país en abril produjo más del 60% del litio del mundo, comparado con menos de 1% proveniente de Estados Unidos, según Benchmanrk Mineral Intelligence.

El dominio que tiene China de la cadena de abastecimiento de autos eléctricos genera una creciente preocupación en Washington y Bruselas, ya que ambos temen quedar afuera de la próxima generación de la industria. A principios de mayo, dos senadores norteamericanos Lisa Murkowski y Joe Manchin, propusieron una ley bipartidaria apuntada a impulsar la producción local de minerales vitales como el litio. Y el Banco de Inversión Europeo prometió 350 millones de euros para respaldar Northvolt, una startup sueca de baterías que quiere construir una fábrica de baterías en Suecia y utilizar materias primas, como litio, proveniente de Europa.

En un momento en que los gobiernos occidentales observan la política industrial china en busca de señales de ventajas injustas, una de las características interesantes de su nueva prominencia en el mercado de litio es que no tiene que ver con el desempeño de las compañías estatales.

Por el contrario, es producto de un grupo de entrepreneurs que "se tiraron a la pileta", tal como llaman los chinos al lanzamiento de un negocio privado, porque veían una oportunidad en el negocio de baterías para teléfonos móviles y luego para autos eléctricos. Los ingresos de Ganfeng Lithium y de su rival más grande Tianqi Lithium subieron de u$s 100 millones anuales a más de u$s 1000 millones en una década, y se unieron a las filas de los productores más grandes.

"La naturaleza de lejano oeste del capitalismo chino permitió que las compañías crezcan así de rápido", dijo Sam Jaffe, director gerente de Cairn Energy Research Advisors, que analiza el mercado de baterías. "El gobierno da señales de que está comenzando una conquista de tierras y luego uno ve a esos entrepreneurs que suben a esos carruajes y galopan lo más rápido posible para llegar a las tierras. Algunos de ellos ganan, pero muchos de ellos pierden", continuó.

Durante la mayor parte del siglo XX, EE.UU. fue el mayor productor de litio, pero la mina Kings Mountain en Carolina del Norte cerró en los ochenta por la competencia proveniente de Chile. Después de eso, el mercado quedó bajo el dominio de un acogedor oligopolio conocido como los Tres Grandes: SQM de Chile, que estaba controlado por el yerno del ex dictador Augusto Pinochet, y las compañías norteamericanas Albemarle y FMC. En 2015, Albemarle adquirió a su rival norteamericano Rockwood y el año pasado FMC escindió su negocio de litio y lo convirtió en Livent, que cotiza en Nueva York.

Fundada en 2000 por Li Liangbin, que antes trabajaba en una planta de litio estatal, Ganfeng comenzó a operar como cliente de SQM, ayudando a comprar litio extraído del Desierto de Atacama en Chile. En su oficina en Shanghai, el vicepresidente Wang Xiaoshen recuerda que en 2004 Li ofreció a SQM un 15% de Ganfeng para garantizarle el suministro de litio.

"En ese entonces, SQM contrató a Deloitte para hacer el due diligence y después se retiró. Dijeron: No, gracias. Ganfeng en ese momento era una compañía muy chica," recuerda Wang, que había trabajado para la primera planta de litio del país en la lejana ciudad de Urumqi, en Xinjiang.

Pero Ganfeng se convirtió en un competidor: empezó a cotizar en la bolsa de Shenzhen en 2010 y comenzó a garantizar abastecimiento de litio en todo el mundo. En septiembre de 2015 adquirió una participación de la mina Mount Marino en el oeste de Australia que posteriormente se convirtió en un 50%. También tiene 9% de otra mina australiana, Pilbara Minerals, que es propietaria de uno de los depósitos de litio de roca dura más grandes del mundo, y el proyecto Pilgangoora que vino con un acuerdo de suministro por 10 años para su litio. La semana pasada Ganfeng dijo que comprará 30% de Bacanora Minerals, empresa que está desarrollando un proyecto de litio en el norte de México.

Ganfeng acordó un contrato de suministro a 10 años con VW el mes pasado. La automotriz pretende lanzar más de 70 modelos de autos eléctricos en los próximos 10 años, un objetivo de 22 millones de vehículos eléctricos para 2028. "El litio será en un futuro cercano una de las materias primas más buscadas en la tierra", dijeron en VW.

Pero es en Argentina donde está tomando forma el proyecto más ambicioso de Ganfeng, que podría convertirlo en una empresa verdaderamente global. En 2018, Ganfeng compró a SQM el 38% del proyecto Cauchari-Olaroz. Luego, en abril, acordó elevar su participación a 50% pagando u$s 160 millones en una operación que se estaría cerrando en junio.

Ubicado en una de las zonas más pobres de Argentina, en el extremo noroeste de la provincia de Jujuy, el proyecto extraerá litio de la salmuera que se encuentra debajo del desierto al evaporarlo en el feroz sol del desierto. La idea es comenzar la producción en la segunda mitad de 2020, con un objetivo de 25.000 toneladas anuales de carbonato de litio.

"Si observamos el largo plazo, la demanda está llegando," señaló Wang de Ganfeng. "Este año las [automotrices] tradicionales lanzaron sus modelos. Así que, seguramente eso generará demanda ".

En la misma área que Cauchari, se encuentra una planta de energía solar construida por una empresa constructora china y respaldada por el Banco de Importación y Exportación de China. Con 1,2 millones de paneles solares será la planta solar más grande de Sudamérica. Ayudará a brindar energía para bombear la salmuera desde debajo del desierto. Los equipos de Ganfeng en el terreno tendrán que superar innumerables dificultades, incluyendo encontrar traductores de chino que sepan de litio. Sólo otra compañía de litio opera en el área, Orocobre, que cotiza en Australia.

"En esta pequeña puna a 4000 metros vamos a tener más de 1000 trabajadores entre el proyecto solar, Cauchari y Orocobre", señaló John Kanellitsas, ex banquero de inversiones que es vicepresidente ejecutivo de Lithium Americas, una empresa que cotiza en Nueva York y está desarrollando el proyecto en Argentina con Ganfeng.

Del otro lado de los Andes, en Chile, el rival de Ganfeng, Tianqi, amplió su presencia, liderado por Vivian Wu, una ex

maestra de inglés de 45 años que trabajó para Nokia. El año pasado, Tianqi pagó $ 4.100 millones por el 24% de SQM, y obtuvo tres puestos en su directorio.

La operación recibió un fuerte rechazo por parte del mayor accionista de la compañía, Julio Ponce Lerou, el ex yerno de Pinochet, quien perdió el control sobre la compañía el año pasado. Decía que ese acuerdo daría a Tianqi información sensible sobre un rival. Ponce Lerou presentó una demanda para bloquearlo, pero fue desestimada en octubre por el tribunal antimonopolio de Chile.

Para el fundador de Tianqi, Jiang Weiping, se trataba de la primera gran oportunidad que le surgía desde la compra de una planta estatal de litio en Sichuan en 2004 por 11 millones de yuanes (u$s 1,6 millones al tipo de cambio actual). Jiang suministraba litio a la planta desde Australia. El gobierno local sugirió que se encargara de las deudas, ya que estaba cerca de la quiebra, según Wu. Actualmente, la planta produce cerca de 17.000 toneladas anuales de litio.

La segunda oportunidad de Jiang apareció en 2012 cuando se enfrentó a Rockwood y ganó la pelea por el control de la planta de litio más grande del mundo, la mina Greenbushes, que había estado en funcionamiento desde los días de la fiebre del oro de Australia en 1888. Era como una serpiente comiendo un elefante", según un empleado de Tianqi.

Para ganar, Tianqi comenzó a comprar acciones de la empresa propietaria de la mina, Talison Lithium. Luego, una vez que superó el umbral del 10%, Jiang ofreció por Talison un precio 15% superior a la oferta de Rockwood. Tianqi contaba con el financiamiento del fondo de riqueza soberano de China.

Tianqi corría el riesgo de perder a su proveedor clave si no adquiría Greenbushes, según Wu, que se unió a Tianqi en 2009.

Sin embargo, la compra de 24% de SQM por parte de Tianqi sorprendió a los analistas e inversores porque la compañía china no obtenía una participación mayoritaria o control sobre SQM y además, la firma quedaba fuertemente endeudada. Ninguno de los empleados de Tianqi puede ser nombrado director, tal como está previsto en un acuerdo firmado con los reguladores antimonopolio de Chile.

Sin embargo, Joe Lowry, un consultor de litio que trabajó para FMC en Asia a principios de la década de 2000, sostiene que Tianqi está esperando el día en que Ponce Lerou esté dispuesto a vender. Eso podría dar a Tianqi un punto de apoyo más sólido en una de las empresas productoras de litio de bajo costo, justo cuando los autos eléctricos se vuelven más masivos.

Las empresas chinas se convertirán en los "administradores del mercado global de litio", según Jaffe. "Su objetivo no es ser jugadores chinos, sino ser jugadores globales".

La rápida inversión de las compañías chinas puso en acción a algunos de los tres grandes productores. En noviembre, Albemarle acordó pagar u$s 1150 millones por el 50% del proyecto de litio Wodgina en Australia Occidental. Paul Graves, ex banquero de Goldman Sachs que dirige Livent, dijo a Financial Times en marzo que también estaba interesado en adquirir más recursos de litio en Argentina y Australia. Livent es uno de los proveedores clave de hidróxido de litio (lo que usa Tesla) proveniente de su proyecto Salar del Hombre Muerto en Argentina.

"Si miras el dinero que se invirtió en litio en los últimos años, bastante más del 50% provino de China", contó Lowry. "Pero eso estaba abierto a todos, no hubo manipulación", agregó.

En Xinyu, Ganfeng tiene planes de subir la cadena de valor en la producción de baterías. En otra planta cercana, los robots

ensamblan silenciosamente láminas de materiales de baterías para convertirlas en baterías de fosfato de litio y hierro, la tecnología utilizada por los ómnibus eléctricos de China, que forman parte de la flota más grande del mundo.

Ganfeng es el mayor productor mundial de litio metálico puro, un producto que jugará un papel clave en las baterías de estado sólido.

Estas baterías de próxima generación prometen con el mismo peso almacenar significativamente más energía que las baterías actuales, lo que ayudará a que con una sola carga los autos eléctricos tengan una autonomía similar a los vehículos a Ganfeng actualmente está probando baterías de electrolito sólido para la industria de drones, pero apunta a fabricar sus propias baterías de metal de litio de estado sólido para autos eléctricos.

Wang, que hace poco se reunió con el presidente argentino, Mauricio Macri, aseguró que aún está interesado en más adquisiciones de litio. "Pero no queremos invertir demasiado dinero, demasiado pronto", agregó

 

Traducción: Mariana I. Oriolo

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