ENFOQUE

Más energía, con más transparencia

La capacidad de un país para generar energía es un indicador vital de sus posibilidades de alcanzar un desarrollo independiente, sustentable y que ofrezca previsibilidad a sus habitantes y a sus sectores productivos.

Yacyretá, alguna vez calificada tristemente como "monumento a la corrupción", ha encarado una profunda transformación en los últimos tres años. Se ordenaron sus cuentas, se fortaleció la cooperación con el Paraguay, el otro socio del emprendimiento, y se logró garantizar con su generación un 16 por ciento de la demanda del sistema energético nacional, a precios inferiores al promedio de los del mercado.

Pero una Argentina que aspira a crecer con decisión, y a sostener ese crecimiento en el largo plazo, requerirá una mayor provisión de energía que alimente a la industria y al agro y asegure disponibilidad adecuada para todos sus ciudadanos.

El gobierno nacional ha puesto énfasis en recuperar el sector energético frente al retroceso que se había verificado en la década anterior. Los resultados son auspiciosos, como también son estimulantes los desafíos por encarar.

La Entidad Binacional Yacyretá tiene en marcha un proyecto para contribuir al fortalecimiento energético del país. Se trata de una obra de ingeniería de amplio alcance que permitirá incrementar un 9% la potencia de la central hidroeléctrica sin daño al medioambiente y con recursos propios.

La obra en cuestión consiste en el aprovechamiento hidroeléctrico del brazo Aña Cuá. Contempla la incorporación de tres nuevas turbinas, conocidas como de tipo Kaplan, que permitirán un rápido incremento de la potencia energética de la central.

El proyecto Aña Cuá llevaba décadas de idas y vueltas, parálisis y reformulaciones. En los últimos tres años la Entidad Binacional Yacyretá puso en marcha los procesos licitatorios para la adjudicación de las obra civil y el suministro electromecánico.

Ambas licitaciones se desarrollaron con absoluta transparencia, objetivo que fue desde el comienzo de esta gestión un valor innegociable. Las ofertas presentadas, en el capítulo electromecánico y en el civil, reflejaron el interés de empresas nacionales e internacionales por desarrollar inversiones de peso en nuestro país, que tienen como finalidad influir decisivamente en la economía real.

Este proyecto tendrá un impacto económico desde el inicio: se prevé que dará empleo a no menos de 3000 personas, estimulando las economías de las localidades de Ituzaingó y Ayolas, en ambos países. Y se evitará la relocalización de poblaciones al descartar la posibilidad de inundar nuevas superficies.

Al mismo tiempo, se preserva decisivamente el cuidado ambiental, otro de los objetivos irrenunciables de esta gestión. Se incorporará una estructura para permitir el pasaje de los peces y se aprovechará un caudal que antes se vertía sin posibilidad de generar energía.

Las ofertas recibidas permiten anticipar que el costo del proyecto será de cerca de la mitad del monto estimado inicialmente, que superaba los u$s 600 millones. El proceso de adjudicación está en marcha y estimamos que en 2 años se verá el impacto pleno de la obra en funcionamiento.

Esta obra, la más importante en materia energética actualmente en marcha en el país, nos deja una lección, simple pero contundente: se puede encarar un proyecto de infraestructura que le otorgue sustento al crecimiento del país con licitaciones prolijas, ordenadas y transparentes. Es la mejor manera de preservar y resignificar el destino que se le da al dinero de todos los argentinos.

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