Nieve en Esquel

En el oeste del Chubut, esta tranquila ciudad cordillerana ofrece alternativas invernales que van más allá del esquí para disfrutar en familia.

Desde hace más de 40 años, el invierno esquelense gira en torno a La Hoya, el centro de esquí ubicado a solo 12 kilómetros de la ciudad. La excelente calidad de nieve, la extensa temporada, los precios competitivos y la seguridad que exhibe el cerro por el diseño natural de sus pistas son los argumentos que convocan año a año a fieles esquiadores y snowboarders.

Pero en Esquel el invierno no termina en La Hoya: desde viajar en la Trochita en un paisaje nevado hasta el nuevo parque de nieve Monte Bianco, las opciones son tentadoras.

Con las tablas puestas

La Hoya es un cerro para esquiadores expertos y para principiantes por igual.

Para los primeros ofrece la ventaja de que los fuera de pistas están a un paso de los medios de elevación y en casi todos los casos permiten regresar nuevamente a la base del cerro o a sus inmediaciones. Por lo que se puede disfrutar al máximo de una canaleta generosa en nieve polvo sin tener que andar demasiado.

Al mismo tiempo, en la cota de 1.650 metros, los principiantes tienen a disposición una pista ancha, siempre bien pisada y a metros de la confitería más grande del cerro, La Piedra, y del edificio de la Escuela de Ski & Snowboard. Además de estas dos actividades, en La Hoya se pueden encarar caminatas con raquetas que parten desde el Ski Rental ubicado en la base de la montaña. De hecho, esta es una alternativa perfecta para los días en los que los medios están cerrados por malas condiciones climáticas. Las excursiones, organizadas por la empresa Frontera Sur, permiten recorrer los bosquecitos de lenga que salpican la montaña.

Sin embargo, el lugar perfecto para combinar nieve y bosques es el nuevo parque de nieve Monte Bianco, ubicado hacia el oeste de Esquel, en las laderas del Cerro La Torta. Para llegar hay que tomar el camino que lleva a la Reserva natural Urbana laguna La Zeta, al paraje Alto Río Percy (vale la pena conocer la propuesta de turismo rural local) y luego, en un tramo solo apto para vehículos 4x4, se arriba al refugio La Linda. Los bosques de árboles centenarios se combinan con grandes extensiones de nieve virgen. Aquí la propuesta se basa en menos servicios, pero un contacto con la naturaleza inigualable. Este es el punto ideal para salidas con esquíes de travesía.

Más allá de los deportes

El icono de Esquel es sin dudas La Trochita, ese magnífico museo rodante que acaba de cumplir 70 años de vida.

Las máquinas a vapor permiten que el pequeño tren, de apenas 75 centímetros de trocha, llegue a la vecina estación de Nahuel Pan, otro sitio con una excelente propuesta de turismo rural comunitario.

El tren corre todo el año, pero en invierno es posible sentir un poco de la experiencia especial que representaba cuando era el único medio de transporte capaz de sortear el duro clima de la Patagonia. Por eso, cada vagón cuenta con su propia salamandra.

La Trochita parte de Esquel hacia el Este, atravesando el valle al pie del Cerro Nahuel Pan. En esas mismas laderas, la Chacra Los Álamos ofrece cabalgatas que van desde suaves paseos de una hora hasta exigentes travesías de un día completo. Todo de acuerdo a los intereses y capacidades del viajero. En todos los casos, las panorámicas de Esquel y de los cerros vecinos son un premio bien merecido. / 3D

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