Encantos de Venecia

En una visita a esta ciudad hay que tener muy en cuenta sus históricas confiterías que rodean la Plaza San Marco, capaces de recrear la historia con la asombrosa fidelidad que aún encierran sus muros.

La indiscutida prosperidad del norte italiano suele llamar a los encuentros de negocios. Padova, Verona, Treviso, Bologna, y un poco más alejada, Milán, son importantes destinos financieros aparte de turísticos. Quienes dispongan de algunos días libres en alguna de estas ciudades, bien pueden tomar la autostrada A4 o si el lugar de partida es Bologna, la A13, y llegar en son de un merecido descanso hasta Venecia.

El sólo hecho de merodear un rato la Piazza San Marco representa un motivo suficiente que justifica la escapada. Allí, uno de los más tradicionales placeres, que durante años inspiró a cientos de escritores y artistas, y que hoy ofrece el más encantador glamour veneciano es el de contemplar el mundanal ruido de la plaza desde las confiterías que se ubican bajo las arcadas del Procuratie.

Algunas de ellas son imperdibles. El bar Harry's (Vallaresso 1323), de histórica clientela norteamericana, fue fundado en 1931 y quien lo llenó de fama fue Ernest Hemingway que solía acudir al lugar luego de un día de caza en la laguna Veneta. En la década del 50, fue frecuentado por la realeza, las estrellas de cine y algunos primeros mandatarios. Hoy ya no se ven tantos famosos como extranjeros, que acuden a probar el cóctel Bellini de Cipriani, o bien a disfrutar de un aperitivo Crodino. El Café Quadri, mucho más antiguo y clásico, era el elegido por las tropas austríacas en la ocupación de 1815. Ubicado en el Procuratie Viejo, ostenta en los frescos los momentos de gloria del viejo burgo.

Cuestión de historia

Frente a éste, junto al Campanille de la plaza, descansa el histórico Café Florian, que atendió sus primeros clientes la fría mañana del 29 de diciembre de 1720. Observador privilegiado de las épocas más tumultuosas, vio desfilar por sus salones tanto a delatores y subversivos como a brillantes hombres de letras, festejó con el júbilo de la gente la coronación de Vittorio Emanuelle como rey de Italia, lloró ante el derrumbe del campanile y sufrió con los bombardeos de la II Guerra Mundial. Hoy, después de haber pasado casi 300 años en esta plaza de ensueños, sus mesas desparramadas por San Marco continúan haciendo gala del refinado clasicismo que lo distinguió desde los primeros días.

Hay que ver los largos sillones de raso, con suntuosos detalles barrocos y con pinturas bíblicas del renacimiento que lograron invadir cada una de sus salas, hoy, inmunes al paso de los años. Las reuniones plagadas de habanos, licores finos y elegantes trajes oscuros que se realizan en la Sala del Senato, parecen intentar repetir los grandes banquetes conservadores de la antigua intelectualidad política italiana. De igual manera, la contigua Sala Liberty que desde siempre se recuerda por sus arreglos florales y su ambiente casi exclusivamente femenino, todavía no ha dejado de representar una pasarela intima por donde desfila lo más clásico y refinado de la moda. Y aquí muchos recuerdan uno de los grandes gustos de Gautier; charlas de corte íntimo, caffè filtro Florian y biscotti veneziani.

Pero a pesar de su ambiente señorial, lo que más llama la atención de este lugar es la interminable lista de personalidades de todos los ámbitos que por aquí desfilaron. Basta solo imaginarse a Marcel Proust, a Lord Byron, o a Goethe pasando las tardes en la Sala degli Uomini Illustri. O en algún momento al gran Casanova, a Dickens, o a Stendhal, e incluso al mismísmo Borges disfrutando con el rumor y la luz de la plaza entrando por las ventanas.

Datos útiles - Hay vuelos directos desde Buenos Aires hasta Roma y Milán. Desde allí, parten aviones hacia el Aeropuerto Marco Polo de Venecia, ubicado cerca de la ciudad de Mestre.
El pasaje hasta Venecia tiene un costo aproximado de u$s 1.200.
- Desde allí, existen traslados en lanchas hasta los hoteles, con un costo de u$s 30 por persona.
- Los hoteles en Venecia suelen ser edificaciones de hasta tres siglos de antigüedad, reacondicionadas de acuerdo a la ocasión. Los precios varían desde u$s 100 por persona hasta u$s 500 en los alrededores de Piazza San Marco.
- Para recorrer la ciudad, se recomienda comprar los abonos diarios para viajar en los vaporetti. El precio es de u$s 15 por persona.
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